lunes, 12 de diciembre de 2022

Mañana soleada, otoñal y dominguera. "Vivace".

 


Era una mañana soleada, otoñal y dominguera. En medio del paseo de la Quinta, un pequeño grupo ensayaba un pasacalles, decían que para la cabalgata de Papá Noel. Dirigía una mujer envuelta en capa roja. A su lado, unos niños más atentos a sus juegos que a las cosas de los mayores. Color y olor de otoño, un cuadro alegre. Bach sonaba en un móvil, el "vivace" de dos violines en concierto. 

Oía retazos de conversaciones, algunas sombrías: enfermedades y lo caro que está todo. ¿"Vivace"? Tal vez otro "tempo" cuadrara mejor. Un hombre mayor, repartidor de estampitas, ofrecía un discurso integrista. Le sorprendió que una mujer "tranquila", así me calificó, le contestara en sentido contrario. 

"Roja", roja era la capa de la mujer que dirigía el pasacalles. Las palabras son buenas y bonitas, se vuelven malas y feas si nos las escupen, con gargajo a veces. 

Ya ve, Sor Austringiliana, llegamos a una edad en que nos atribuyen ideologías arcaicas. 

María Ángeles Merino recuerda aquella mañana, después han venido las lluviosas, también necesarias. Tiene que llover mucho. 

Seguimos con el "vivace". 

jueves, 10 de noviembre de 2022

Nos sorprende la noche


En noviembre, el sol se acuesta pronto y nos sorprenden las luces de la noche. En el mes más melancólico, Sor Austringiliana, escuchamos un Nocturno de Chopin. ¿Melancolía, tristeza o, como dicen ahora, incertidumbre?  No sé si el genial polaco estaría de acuerdo. 

Tiene usted razón, Sor. En ninguna vida humana faltan y en ningún tiempo. Chopin fue víctima de la tuberculosis, una larga pandemia que duró siglos. Fue emigrado hijo de emigrado, sufrió  ansiedad por la situación de su país y la de su familia.  En amores no fue afortunado, siempre nos han hablado del tempestuoso invierno en Mallorca, en compañía de George Sand. Murió en París y siempre cuentan que en su tumba arrojaron un saquito de tierra polaca, enviando su corazón a Varsovia. 

Los músicos son buenos traductores de sentimientos. Escuchamos. 

Y luego está la Noche... 

María Ángeles Merino



domingo, 30 de octubre de 2022

30 de octubre, la mañana de los relojes.


¿Qué hora es?

30 de octubre, en la mañana de los relojes.

Voy a cambiarle la hora a mi madre que es la única analógica en esta casa. A mi ya me la han cambiado. ¿Quién, hija? Buena pregunta, mamá.

Una música para hoy: "Sinfonía del reloj" de Haydn.



Sor Austringiliana, al poner la fecha he puesto 30 de noviembre, en lugar de octubre, andan por ahí malandrines, no sé si analógicos o digitales.

María Ángeles Merino

viernes, 28 de octubre de 2022

"POR FAVOR. PIDO UNA AYUDA, PARA REPARAR MY MAQUINA DEL TIEMPO Y VOLVER A LOS BUENOS TIEMPOS"

 


Un cartón que sirve de asiento, una caja que recoge las escasas limosnas de un mendigo y un cartel escrito a mano, con mayúsculas, en el que leemos:

"POR FAVOR. PIDO UNA AYUDA, PARA REPARAR MY MAQUINA DEL TIEMPO Y VOLVER A LOS BUENOS TIEMPOS"

La máquina del tiempo, quién la pillara y la reparara. Ayer hice esta foto, en la calle de la Paloma, junto al claustro bajo de la Catedral de Burgos. El autor estaba ausente, le hubiera preguntado por tan importante máquina. Yo llevaba prisa, el tiempo, siempre el tiempo.

Eran las cuatro y media, me da la impresión de que estaba en la tienda de enfrente a comprar algo de comer porque vi que alguien vigilaba desde allí. Iba con el tiempo justo para ir a clase, este año de historia y de la Primera Guerra Mundial, el tiempo que parece que se repite pero no, todo vuelve pero todo es distinto. A la vuelta no pasé por allí ni me acordé. Me dicen que hubiera sido interesante hablar con él, tienen razón. Y que es todo un filósofo y un poeta el cartelero, totalmente. 

Ya ve, Sor Austringiliana, el sueño de la máquina del tiempo. El mendigo no pide viajar como "El túnel del tiempo" o ,"El ministerio del tiempo", por poner dos ejemplos. Él desearía "volver a los buenos tiempos", a sus buenos tiempos. ¿Los buenos tiempos? Nos vamos al rincón de pensar. 

Así es, Sor, en todos los tiempos hubo de todo; pero ahora se nos ha juntado la pandemia, la guerra, la crisis energética y económica y, lo peor de todo, la incertidumbre.  La máquina del tiempo podría también llevarnos al futuro. ¿Seguirá la incertidumbre? ¿Tendremos que vivir siempre con ella? ¿Nos borrarán con solo pulsar un botón? Cielos, lo que acabo de escribir...

María Ángeles Merino

https://www.facebook.com/photo?fbid=10225505545459605&set=a.10210173380365060

sábado, 1 de octubre de 2022

"Chopera de la cumbre", Marceliano Santa María.

 

Chopera de la cumbre (Marceliano Santa María 1940)

Tal vez, el pintor burgalés Marceliano Santa María saciara un día su sed en la fuente que llamaban de la Trompeta o de la Corneta o del Corneta. Bajo un chopo descansaría y la sombra junto al agua le sugiriera un nuevo cuadro. El reguerillo del agua, los naranjas y rojos de la tierra, el verde de los hierbajos a la orilla del camino, el diálogo de los árboles, el cielo de ese preciso color. 

¡Ya está la composición en su cabeza! Preparará los colores y mañana mismo montará el caballete junto al frescor de la fuente. ¡Quién manejara la paleta como el maestro Sorolla! ¡Qué pincelada la suya! ¿Trompeta o corneta? ¿O un corneta? Nunca vio a nadie por aquí tocando tal instrumento, cosa de soldados y cuarteles, hay tantos en esta ciudad, en 1940. Se titulará "Chopera de la cumbre". 

La chopera de la cumbre debía estar más o menos aquí. 

¿Qué pasó con la chopera de la cumbre? Alguien cegó la fuente. ¿Qué es ese puente gigante por donde circulan extraños coches? ¿Autovía decís? ¿Que estamos en el año 2022? ¿Bulevar en Burgos? 


En la exposición Inéditos y curiosos, en la Casa del Cordón, contemplaba el cuadro y me imaginaba a un pintor atónito, viajero del túnel del tiempo, ante el irreconocible lugar. 

Ya ve, Sor Austringiliana, el tiempo que todo lo devora, los ríos de Heráclito.

María Ángeles Merino Moya

sábado, 24 de septiembre de 2022

Primer otoño




Con los primeros colores otoñales en el Paseo de la Isla, tarareamos a Vivaldi y miramos hacia arriba por si acaso. Soñamos con la danza campesina interrumpida por las eses del violín borracho.

Ya ve, Sor Austringiliana, lo que valía un cura pelirrojo que hizo universal su otoño. 


María Ángeles Merino

https://www.youtube.com/watch?v=U8v12M2mRVM

lunes, 19 de septiembre de 2022

Aquel día, mi madre iba a Villamartín de Campos en el "secundario", con la huevera, el secretario y la reina de Inglaterra.

Estos días mi madre, sentada ante la televisión, asiste a los plúmbeos actos funerales de mayor  pompa y circunstancia, los dedicados a Su Graciosa Majestad Isabel II del Reino Unido. Ya se ha resignado a que ocupe la mayor parte de la programación que sigue habitualmente, entre sueñecito y sueñecito. Diréis que cambiemos de canal, no, los que convivís con personas muy mayores ya sabéis que son de piñón fijo. El día 8, el del fallecimiento, pronto protestó: "se ha muerto, ya nos hemos enterado, por qué lo dicen otra vez". Ahora lo acepta como inevitable. Paciencia mamá, creo que el lunes ya acaba esto cuando la depositen en la cripta.

Sin embargo, me consta que no le cae mal doña Isabel. Muchas veces me ha contado lo de aquel día que iba a Villamartín de Campos en el "secundario", junto a la huevera y el secretario, sus habituales compañeros de viaje. Mi madre, maestra interina, iba a su modesta escuela unitaria, la huevera a por huevos que vender y el secretario supongo que a su secretaría.  Y recuerda el ambiente especial de aquel día, algunos llevaban el periódico y "todos" comentaban que habían hecho reina a la princesa Isabel de Inglaterra, una chica tan joven...Mi madre añade que guapa y muy "sencilla". Bueno, mamá, sencilla lo que se dice sencilla, con el manto de armiño y esa coronaza...Son gente que vive en su burbuja de privilegios por nacimiento. 

Mi madre me cuenta, una y otra vez, vivencias de sus años jóvenes y reconozco que presto poca atención. ¡Me las ha contado tantas veces! Incluso las pongo en duda, pienso que la memoria la puede engañar; pero si buceo en Internet compruebo que mi madre sabe de lo que está hablando. Por ejemplo lo del secundario, tal vez un tren que paraba en todas las estaciones, algo más...Era el emblemático ferrocarril conocido como "Tren Burra" que "fue construido para transportar la enorme producción cerealista de la comarca hacia los puertos del Cantábrico, partía de la ciudad de Palencia y atravesaba los términos municipales de Grijota, Villamartín de Campos, Mazariegos, Baquerín de Campos para finalizar en Castromocho...". Ya desaparecido, en su lugar podemos disfrutar del Camino Natural Vía Verde del Tren Secundario de Castilla. 

Mi madre iba a Villamartín de Campos a una escuelita de diez niños, recuerda que estuvo muy bien allí. El tren era muy barato, no le pillaba lejos de su casa en Palencia, podía ir y volver. ¿Llegaba puntual?  "Llegaba cuando quería" añade con una sonrisa. ¿Tenías al menos una estufa de esas de leña en la escuela? No, nada, solo un infernillo eléctrico que yo llevé. ¿Para calentarte la comida? Al principio sí, pero una señora se ofreció para que comiera en su casa. Era una mujer muy buena, la madre de dos alumnas, dos niñas muy buenas, muy guapas y bien vestiditas. Me dijo: "mire señorita, yo soy viuda y en mi casa no hay hombres, en la escuela hace mucho frío, aquí puede comer conmigo y con mis hijas". Y me ponía un cocido muy bien puesto, en su casa había calorcito y la ayudaba a preparar alguna labor de costura hasta la hora de la clase de la tarde. Cuando salía del colegio, otra vez al "secundario", que "venía cuando quería". 

Mi madre, setenta años después, no ha borrado de su memoria el día en que Isabel II del Reino Unido comenzó su largo reinado, el tren "secundario" con la huevera y el secretario, la escuela de Villamartín de Campos, la mujer viuda con sus dos niñas tan bien arregladitas y aquella comida al calor. Un rosario de recuerdos.

Mamá, noventa y muchos años.

María Ángeles Merino dedica esta entrada a una mujer de Villamartín de Campos que, en 1952, era viuda y tenía dos niñas que iban a la escuela. Con mi agradecimiento y el de mi madre.

Ya sabe lo que se dice en estos casos, Sor Austringiliana. Descanse en paz la reina de Inglaterra. 

lunes, 12 de septiembre de 2022

Mantis "tobalisiensis"



Es una mantis religiosa, un animal sorprendentemente bello y elegante. Mi hermano, que la atrapó con su móvil en Quintana Martín Galindez, en el Valle de Tobalina, la bautizó como "mantis tobalisiensis", con humor y todos los respetos a Linneo. No sabemos si es macho o hembra, si es macho ya se sabe lo que le espera. Animalito.

Ya ve, Sor Austringiliana, lo que me enviaron por "guasap" un día de lluvia, mientras me calaba en el Espolón de Burgos. ¡Que llueva, que llueva! Hay animalitos de costumbre muy extrañas, su instinto les guía a saber por qué caminos.

María Ángeles Merino





viernes, 9 de septiembre de 2022

Comienzo el día

 

Comienzo el día con La loca de la casa de Rosa Montero. Locura, imaginación, literatura... Me queda poquito y lo siento... Oigo el guirigay de los niños que van al colegio ahí enfrente, su primer día después de las vacaciones. ¿Y yo aquí? Cierro el libro, los recuerdos me llevan a otras realidades. ¿Las adoba la imaginación? ¿Nos miente la memoria?


¿Los escritores escriben su vida? ¿De verdad le han ocurrido a Rosa Montero esas "aventuras"? Leo: 

"El escritor toma un grumo auténtico de la existencia, un nombre, una cara, una pequeña anécdota, y comienza a modificarlo una y mil veces, reemplazando los ingredientes o dándoles otra forma, como si hubiera aplicado un caleidoscopio sobre su vida y estuviera haciendo rotar indefinidamente los mismos fragmentos para construir mil figuras distintas." (Página 265 y 266)

"La narrativa es al mismo tiempo una mascarada y un camino de liberación. Por un lado, enmascara su yo más íntimo con la excusa de la historia imaginaria; o sea, disfrazas tu verdad más profunda con el ropaje multicolor de la mentira novelesca. Pero, por otro lado, conseguir que la loca de la casa fluya con total libertad no es cosa fácil..." (Página 268)

(La loca de la casa, Rosa Montero, Alfaguara, 2003)

Ya ve, Sor Austringiliana, "la loca de la casa" que decía Santa Teresa.

María Ángeles Merino

jueves, 8 de septiembre de 2022

De bayas coloradas y esperanza. Y un poco de Galdós.

 




Ayer, en mi paseo, me salieron al paso las bayas de los escaramujos y las vizcodas, tan rojas con tan poquita agua como ha habido, la esperanza que no nos abandone. Uy, ¿y ese señor antiguo quién es?

Mire, Sor Austringiliana, como paseo por las orillas del río, a buscar bayas coloradas, con una amiga que me enseña la palabra "vizcoda" (espino albar) y un libro que habla de señores antiguos. Bueno, para su caridad, un masón de principios del XIX no es antiguo. Era 1821, también un momento en que hacía mucha falta la esperanza, cuando se había pronunciado un tal Riego, la revolución no cuajaba y el absolutismo se defendía con uñas y dientes. 


lunes, 5 de septiembre de 2022

Un paseo por la calle de la Virgen de la Paloma






Hay calles que no acertamos a ver con los ojos del presente, solo nos hablan los ojos de la niñez. La calle de la Virgen de la Paloma, en Burgos, junto a la Catedral o, mejor dicho, la Catedral se mete dentro. Pasé por allí en su día, el 15 de agosto, pero ya no le ponen flores los bomberos, allá arriba. Sí, había una paloma, acurrucadita junto a la hornacina. 

¿Queda algo de aquella niña que vivía en la calle de la Paloma? Los coches la atravesaban en dos direcciones, qué humo y qué peligro, las piedras de la catedral eran negras y churretosas, solo dos tiendas permanecen,más o menos remozadas; pero yo sigo viendo al guardia del orinal con los brazos en cruz y a don Rufino con su manteo y sus "amadísimos en el Señor". Y las zapatillas "El riojano", para el niño y el anciano,
 y la cordelería y la cerería incluso, esa desapareció enseguida. ¡Y ya sonó la campanilla, chocolates Quintanilla!

Sor Austringiliana, ya ve el carnet del Instituto Cardenal López de Mendoza. Qué carita. Aunque el tiempo lo borró, el director era directora, se llamaba Ana Abadía, era profesora de inglés, y ahora se han dado cuenta de que fue la primera mujer directora de un instituto. Pasitos que son grandes pasos. La niña de la calle de la Paloma ya era feminista aunque no conociera la palabra.


María Ángeles Merino

domingo, 21 de agosto de 2022

Un día en la montaña




 Paseo por las orillas del río,  el Google dirá que es un día en la montaña. Lo digo porque me lo ha hecho otras veces. Maquinita..

El algoritmo tiene el corazón forjado en el país que sueña con la cabaña junto al lago, en la montaña donde pueda asomar el fiero oso gris. Y pescar o escribir poemas bárbaros. Nada que ver con mi Arlanzón.

Ya ve, Sor Austringiliana, otro mundo. Por aquí,  los sueños van al mar que nunca vimos. 

María Ángeles Merino

sábado, 20 de agosto de 2022

Felicidad


En el colegio nos leían el cuento del hombre más feliz,  el que no tenía ni camisa. No calaba el mensaje como tampoco aquello de que la belleza está en el interior. De mayorcitos nos venden infelicidad,  si no tienes esto serás infeliz. Ahora mismo,  en la radio,  si no pones esta alarma en casa serás infeliz, apresúrate a ponerle remedio. Si no viajas al quinto pino, serás infeliz. Si no vives en un casoplón serás infeliz. Etc. Consumid,  malditos. La felicidad, creo,  es un estado de equilibrio que se atrapa a ratos, en otros los demonios hacen de las suyas. Vamos a atraparlo todo lo que podamos, Pedro Ojeda Escudero.

Así veo yo la felicidad,  Sor Austringiliana. 

María Ángeles Merino

 

martes, 16 de agosto de 2022

Imágenes y lecturas de un día de calor. Y dos esquelas.



Biblioteca Pública de Burgos. Burgaleses de 1921 y arco tardogótico.


 Un día de calor, demasiado para el que acostumbramos por estas tierras. Me acerco a la Biblioteca Pública de Burgos a devolver un libro que pasará inmediatamente a las manos de mi amiga, tras registrarlo en la maquinita bibliotecaria virtual. Nuestros paseos veraniegos se han convertido en informal club de lectura: lo leo, le voy contando y motivando a la compañera,  comentamos el anterior  y la aviso cuando lo vaya a devolver. Este verano siempre novelas de José María Merino, un escritor de los grandes al que yo confundía con Luis Mateo,  otro grande de edad y paisaje similar. Escribe tan bien que qué más da lo que nos cuenta, aunque también el contenido merezca mucho la pena...y enganche. Eso sí, los escritores siempre escriben de sí mismos y sus vivencias, tras leer cuatro de sus novelas, le pillamos al señor académico los lugares comunes. Escribe que no le gusta la autoficción, pero nos contó su confinamiento, al mismo tiempo que literaturizaba la vida de la pintora Sofonisba. Es humano. La novela posible podía ser el título de todas sus novelas. La conclusión sería que los escritores escriben siempre sobre sí mismos y sobre sus luchas con las palabras. ¿Cómo monto el libro? ¿Cómo estructuro todo esto que tengo en la cabeza?

Cruzó el puente de San Lesmes y en el tablón de anuncios de la iglesia hay dos esquelas;  me acerco siempre si veo los lúgubres papeles bordeados de negro, como aquellas cartas que escribía mi abuela en sus años de viudez.  No conozco a los recientes difuntos ni me suenan los apellidos, me fijo en las edades, ochenta y uno y sesenta y cinco. Ese último número me alerta, todavía es pronto... La parroquia de San Lesmes es de "alto standing" y los mendigos de la puerta son fijos, las señoras encopetadas los conocen y con la limosna van algunas palabras, también de limosna.

Paso al otro lado de la Plaza de San Juan y entro en la biblioteca, me recibe gente del siglo pasado y un arco tardogótico,  sí,  comprobadlo en la foto.

Subo al primer piso, busco la estantería donde esperan los libros del autor escogido y me decido por El río del Edén. Devuelvo Musa Décima y registro el nuevo préstamo. Enseguida pasa a manos de mi amiga,  con su tarjeta en la mano. 


El río Vena lleva poca agua, abrazada por los hierbajos y las campanillas.  Estamos en sequía,  Sor Austringiliana. Sequía que no es solo de agua. 


María Ángeles Merino y su verano sin playa ni campo. Bueno,  sí,  en Burgos el campo entra dentro de la ciudad. 


martes, 26 de julio de 2022

Santiago y Santa Ana, o pez o rana.

Charca de ranas en el río Arlanzón (vista desde el puente de San Pablo)

 En Santiago y Santa Ana, o pez o rana. No tenía muy claro el sentido de este refrán, siempre se lo oí a mi madre. No me parecían fechas muy propicias para la lluvia, no iba por ahí. 

Googleando, googleando, acabo de dar con ello. El 25 y 26 de julio acostumbran a ser muy calurosos y todos al agua, como peces o como ranas.

Me lo ha aclarado el blog de una cordobesa, ahora entiendo. Mis abuelos maternos eran cordobeses. Veo y oigo a mi abuela Luisa un día como hoy, dale que dale al abanico... 

Mi parte burgalesa conoce de siempre lo que dura el verano en la cabeza de Castilla: de Santiago a Santa Ana, dos días. Este año mucho más, ay el cambio climático que algunos niegan cínicamente. Y la cosa está que arde.. 

Ay Sor Austringiliana, que el incendio llegó ayer a las puertas del monasterio de Silos.. 

María Ángeles Merino


lunes, 18 de julio de 2022

"Callar y obrar" . Callar y escribir para no olvidar.


 "Callar y obrar" aconsejan desde la puerta las hijas de Teresa, en el último convento que la santa fundó, tras sortear las crecidas del río Arlanzón y otras muchas dificultades. Iba ya muy malita, pero no se concedió la opción de descansar. 

Teresa obró mucho para fundar sus conventos, no sabemos si callaba con la boca, con la pluma no callaba. Andariega y escritora. 

¿Por qué escribía? Siempre nos dijeron que era por mandato de sus directores espirituales. Era esa una buena coartada, estoy segura de que la escritura era para ella una imperiosa necesidad. 

"Callar y obrar"

En el libro que acabo de leer, el protagonista Fidel recuerda las palabras de don Cándido, un viejo profesor de instituto, que siempre les aconsejaba escribir. Los chiquillos se lo tomaban un poco a broma, ¿escritores ellos? Copio aquí un poco:

"La escritura es un modo de materializar el pensamiento, pues el puro pensamiento es evanescente...El pensamiento es como humo, pero la escritura es materia. Los pensamientos escritos se convierten en conceptos sólidos que pesan, miden y hasta tienen sabor y olor...". *

Vamos a materializar un poco nuestro pensamiento para que no se desvanezca, Sor Austringiliana. Solo atrapamos alguna ráfaga en este modesto blog de sentimientos y lecturas. Callar y escribir. A veces, en la mitad de la noche, basta con pensar como si lo fuéramos a escribir. Ordenamos y el orden nos da claridad. Y comprendemos. Y no olvidamos. 

María Ángeles Merino

*El libro es la novela La sima de José María Merino. Sobre la Memoria.



martes, 12 de julio de 2022

En junio, una campanilla azul en mi ventana.


En junio, nació una campanilla azul en mi ventana. Han pasado diez años desde aquel día en que buscaba campanillas como las de Gustavo Adolfo Bécquer, como las de la rima XVI (43) o las de la  leyenda Las tres fechas. 

¿Tienen campanillas azules? pregunté a la de la floristería. Solo quedaba una pequeña maceta, algo ajada,  me cobró unos céntimos, por cobrarme algo. Con más tierra se puso muy guapa y  aquí siguen sus descendientes, me ofrecen el azul para oír "el viento murmurador" junto a "una maceta de campanillas azules, cuyos tallos subían a enredarse por entre las labores de granito, y unas vidrieras con sus cristales emplomados y su cortinilla de una tela blanca, ligera y transparente". 

Se oyen los coches que circulan por la avenida. Ni suspiros ni vientos murmuradores. Ni castillos de granito ni vidrieras emplomadas. No son gigantes, son molinos. 

¿Qué importa? ¡Son los mundos de la literatura! 


Han pasado diez años, Sor Austringiliana, de aquel juego literario, bloguero y nostálgico. 

Y muchos más desde aquella mi primera lectura adolescente, en un rincón del jardín del instituto. 

Si al mecer las azules campanillas [*]
de tu balcón,
crees que suspirando pasa el viento
murmurador, [*]
sabe que oculto entre las verdes hojas
suspiro yo. [*]
...
https://cvc.cervantes.es/obref/rimas/rimas/rima43.htm


María Ángeles Merino 

domingo, 3 de julio de 2022

Con Rosa Montero y "El peligro de estar cuerda".


Rosa Montero en el Palacio de la Isla de Burgos (14 junio 2022)





 Rosa Montero nos presentó su libro, entre el ensayo y la ficción, sobre sí misma y sobre tantos escritores salvados por la escritura...¿No cuerdos? ¿Quién está cuerdo? ¿A quién le falta un error de cableado en las neuronas? 

Mientras escribía la dedicatoria, con su mano protegida, le contaba que todos los  domingos empiezo a leer El País Semanal por el final, que después del "gruñón de Marías" me refugio en la chica "maja" que me ofrece su  artículo, a continuación. ¡Rosa Montero! Y, sin embargo, acabo de comprar el libro y me doy la oportunidad de recuperarla como novelista porque, allá por 1990 o 1991, leí Temblor que me pareció una pesadilla y lo abandoné. ¿Por qué hay escritores que te ganan en sus artículos pero no en sus novelas? Ahora que me doy cuenta, allá por 1990 no atravesaba yo un buen momento, sería eso. No estaba yo para "mundos desolados". 

Qué paciencia Rosa, escuchar a cada lector libro en mano, con su rollo...Acababa de leer la primera página, mientras comenzaba la presentación, y me sentía familiarizada con esos cacharritos de cobre que te causaban angustia; sí mi madre también me hablaba del "cardenillo" venenoso y, sí, también en mi casa colgaban de la pared. Adorable, lo que se dice adorable, sincera sí. Gracias por la dedicatoria con estrella.


El peligro de estar cuerda fue una buena lectura, habrá más libros de Rosa Montero en mi caótica estantería. Gracias por el implacable trabajo de documentación y la maestría literaria, con impostora incluida. Alguna mentirijilla tiene que haber.

Las últimas páginas las leí en compañía del covid, solo un catarrazo desagradable, menos mal. Mi cocina estaba tan patas arriba como la de Doris Lessing.

Ya ve, Sor Austringiliana, una buena escritora...y psicóloga.

María Ángeles Merino

jueves, 9 de junio de 2022

Robo de palabras







Dije: Todo ya pleno. ¡Las doce en el reloj! Iba paseando y robando palabras. Me faltaba un álamo que cantara a coro con los pájaros. ¡Un álamo vibró! Con las pelusas de junio, imposible. Perdone, señor Guillén, sigo con el robo y le regalo una brizna de inmortalidad. 

Ya ve, Sor Austringiliana, robo de palabras y briznas de inmortalidad. ¿Por qué algunos versos, o sus retales, nos los quedamos para siempre? 

María Ángeles Merino

https://www.poesi.as/jg28050.htm