La Navidad se fue y se quedó la niebla.
Voy casi cada día al Paseo de la Isla.
Busco a una niña de unos once o doce años, sentada en un banco, con un libro sobre la falda.
Repite: "esclerótica, coroides y retina".
Una y otra vez.
Todos los días la llamo, debe ser que ya no me conoce.
Y se asusta.
Repito "esclerótica, coroides y retina".
Se esconde en la niebla.
Lleva una falda gris, una camisa blanca y una chaqueta azul.
Si la ves dime que la busco.
Aquí, en este banco.
María Ángeles Merino