Una mañana de deshielo. Desde el Vena me llevaron al Parral y regresé a pie: del Parral a la Isla y vuelta por la Catedral a los Vadillos, el pan, el periódico y a casa. Debía haber llevado otro calzado pero ha sido un buen paseo, fresco como decimos aquí.
Mereció la pena: el silencio y el frío en la cara. las huellas de los pajaros y las personas en la nieve, los hoyitos, el goteo lento de las ramas al tibio sol, una lluvia que no era lluvia, el paisaje doble con los árboles asomados a los charcos, el gozo de los perros y los niños ante la novedad...Los no niños andando con cuidadín , por la cuenta que nos trae.
¡Qué gusto quitarse los calcetines mojados!
Ya ve, Sor Austringiliana, una mañana de 3 de marzo.
María Ángeles Merino
¡Con lo mucho que me ha gustado esta entrada y veo que no ha salido el comentario!
ResponderEliminarLas fotos de escarcha y nieve, junto con las huellas de las pisadas, me parece que me van a inspirar un haiku.
Pisar la nieve.
Disfrutar su belleza,
mientras caminas.
Luz del Olmo.
Disfruto ahora con tu haiku y me parece estar otra vez pisando nieve.
ResponderEliminarGracias y besos.