Comienza agosto y me envían girasoles al sol.
La primera foto es de mi hermano Agustín que, recién salido de una guardia en el centro de salud, se para a fotografiar girasoles.
En el desvío de Cornudilla a Poza de la Sal, me dice.
Ya ve, Sor Austringiliana, el imán de unos girasoles, a pesar del mal cuerpo que dejan las guardias, incluso aunque no haya llamadas nocturnas. Y no le gusta llamarse poeta...
Y más girasoles, la segunda foto me la envía un ciclista amigo que pedalea por la llamada Vía Verde, de Poza de la Sal a Lences.
Tierras burgalesas, en tiempo de girasoles,con el guapo subido. Acabo de leer que completan su desarrollo y ya no buscan al sol, se quedan quietecitos, sin curiosidad. Sor Austringiliana, hay que seguir girando ...A ver si puedo verlos, de verdad...
María Ángeles Merino
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