Ayer fui a dar la vuelta al mundo, en busca de las afamadas especias. Desde mi ciudad, en una vista del siglo XVI, en la exposición del Arco de Santa María: "El sueño especiero".
Juan Sebastián el Elcano y sus dieciocho hombres al borde de la inanición, en un solo barco de los cinco que zarparon. Y unas cuantas expediciones más, todas en condiciones inimaginables por lo infrahumanas. Todo por el sueño especiero.
¿Tanto era el valor de un barco cargado de clavo, pimienta y nuez moscada?
Ya ve, Sor Austringiliano, era oro. Cuánto dolor costó ese oro.
María Ángeles Merino
Es curioso, hoy vemos aquellas expediciones en su talente heroico y su condición imperial, pero fueron sobre todo por razones económicas...
ResponderEliminarSí, capitalismo que daba sus primeros pasos. Nos han contado una película.
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