Descansa en paz, Victoria, Vitorita, de Campo Real. Gracias por esperarme bajo el reloj del Ayuntamiento, con la bolsa de los cuadernos en la mano, cada tarde, a las cuatro, de lunes a jueves, dieciséis cursos. Dieciséis.
Y nos íbamos a clase, juntas.
Inolvidable Vitorita. Un abrazo a su familia.
Ya ves, Sor Austringiliana, la fidelidad de una alumna de la Escuela de Adultos.
María Ángeles Merino
Sí, recuerdo que me presentaste a esta alumna en alguna excursión
ResponderEliminarque hicimos las Escuelas de Adultos, de los pueblos cercnos.
Me dio la impresion de una persona buena e inocente. Vitoria me pareció así y está claro que dejó su huella.
Descanse en paz.
Besos