jueves, 17 de agosto de 2023

Corona de sol en las piedras y una sonrisa contenida.

 

Ayer fui, de nuevo, en busca de la corona áurea del atardecer sobre mi catedral. 

 Sí, la Catedral de Burgos, mi vecina de toda la vida. 

Porque sentarse con turistas, peregrinos y parejillas, en un mirador que se revaloriza cada puesta de sol, no tiene precio. 

Y los ojos se van solos a los ángeles de la capilla de los Condestables y del cimborrio, allá en lo alto, vigías del tiempo que pasa y nos lleva. 


Silencio de dentro, pensar y leer un poco. No importa que la lectura sea decimonónica y no medieval, ni renacentista. 

Bueno, la Década Ominosa en que viven los personajes de Un voluntario realista, Episodio Nacional de Galdós, no se corresponde con el tiempo que deberían estar viviendo. La monja aristócrata Sor Teodora y el sacristán guerrero Pepet Armengol, Tilín, no parecen de su siglo. La Historia de España es complicada. 

Y vuelta a casa, la Virgen de la Alegría, tras su reja, me contagia su sonrisa contenida. Todo cambia pero subsiste un empecinamiento en ideas del pasado. 


Ya ve, Sor Austringiliana, un atardecer hermoso. Corona de sol, fotos, lectura decimonónica y la sonrisa de una Virgen gótica. 


María Ángeles Merino

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