Ayer di un paseo de tarde por la parte alta de Burgos, en una bulliciosa calle de Fernán González. Me senté a celebrar la corona de sol de tarde en mi catedral y los ángeles que vigilan desde lo alto. Como si no la hubiera visto nunca y ya son años.
Abajo en la Llana unos patinadores, no había reparado en el ambiente de ese rincón...Si fueras persona, vieja catedral, me dirías que has visto tanto y tanto...
Ya ve, Sor Austringiliana, siempre hay algo nuevo. Pongámonos ojos nuevos para salir a la caĺle cada día.
María Ángeles Merino
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