jueves, 10 de agosto de 2023

Cómo llevamos aquí el calor.



 Ayer, en el Espolón, los de la Sexta nos preguntaban qué tal llevamos los de Burgos el calor. Ya se sabe que nacemos con la chaquetilla pegada al brazo. 

Y buscando la vidriera de óculo en la puerta de Santa María, ya  contaré por qué, además de un poco de fresco, entré en la catedral en el momento en que el Papamoscas daba las doce.

 Pude comprobarlo: los que más abren la boca son los de abajo, sobre todo si son turistas. 
Recordaba la cancioncilla:
"Si no lo crees, ven y lo verás, lo verás, con el Papamoscas la boca abrirás, abrirás."

Me salió una foto un tanto chusca, juraría que también hice una foto al Papamoscas, pero no.
 
Serpientes del verano, decían antes. Ya ve, Sor Austringiliana, lo que trae el calor y la sequía de noticias; aunque haberlas haylas y nos va la vida y la seguridad planetaria en ello. La Tercera Guerra Mundial o el Apocalipsis nunca estuvieron tras cerca. La gente anda de vacaciones y las noticias han de ser también propias de vacaciones. 

No llegamos a los cuarenta grados en Burgos, no se superó el récord de treinta y nueve y pico. La calima lo impidió. 

 Que cómo llevamos el calor aquí, pues con las persianas bajadas, el abanico y el ventilador, el aire acondicionado aquí no es habitual. Beber algo fresquito y en casa si es posible. Cuando no, las arboledas ayudan también. Y lugares frescos como algunos comercios, para quien le guste ver trapos, y la Catedral, por qué no, arte, fe o las dos cosas. No se me enfade, Sor Austringiliana. 

Hoy ha bajado un poco. No neguemos el cambio climático. Esto va en serio. 46,8 grados en Valencia.

María Ángeles Merino


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