Mi amiga Isa pasea por Campo Real y me envía los colores de un olivo al sol de abril, en "la dorada luz de cada día", y leemos en el gran poeta Miguel Hernandez:
"Sonreír con la alegre tristeza del olivo.
Esperar. No cansarse de esperar la alegría.
Sonriamos. Doremos la luz de cada día
en esta alegre y triste vanidad del ser vivo.
Sonreímos, esperamos la alegría. Gracias Miguel. Gracias, Isa.
Ya ve, Sor Austringiliana, "la alegre vanidad del ser vivo".
Y las aceitunas.
María Ángeles Merino, recordando aquel día en que las aceitunas tiñeron sus manos de morado.
https://www.poesi.as/mh3902.htm
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