viernes, 8 de septiembre de 2023

De escaramujos, viajes y estadísticas.




Las rosas caninas de la orilla del río ya son escaramujos y lucen un lustroso color naranja. 

 Paseaba por el Paseo de la Quinta y bajé a la orilla del río Arlanzón, uno de mis viajes. ¿Viajes dices? Unos pocos metros y acercarme a los matorrales donde crecen unos rosales silvestres, los que guardan el recuerdo de aquella primavera confinada. Sí, un viaje con el pensamiento, el mayor.

Cualquiera se lo explica a la del Instituto Nacional de Estadística que me llama y me pregunta por mis desplazamientos vacacionales. Y quiere datos.

Sí, el citado instituto me ha seleccionado para llamarme, de vez en cuando, y preguntarme por mis viajes.

 Y mira que se lo he explicado, que no puedo viajar, que no puedo dejar a mi madre casi centenaria sola, que se busquen un perfil de mujer jubilada viajera, de esas que sueltan la maleta para cogerla al día siguiente. Que yo no soy representativa de las costumbres viajeras de los españoles. No, me dice la buena funcionaria que yo soy muy importante para el Instituto Nacional de Estadística, que me llamará dentro de dos meses. 

Dicen que hay mentiras, verdades y estadísticas. Que si tú y yo tenemos un pollo, yo me como uno y tú no te comes ninguno, resulta que estadísticamente tú te has comido medio pollo.

¿Cuántas fracciones de viajes a la Cochinchina he realizado yo?

Me pregunta que si no hago desplazamientos cortos, de tres horas, sin pernoctar. Le cuento que a veces voy a Palacios de Benaver con un familiar y vuelvo enseguida. Me pregunta que cuánto me cuesta, nada, mi sobrina o mi hermano no me cobran la gasolina, faltaría más. También que si como en algún restaurante o tomo un café en algún establecimiento, mire usted señora, en el pueblo no hay ni un bar, antes había uno y cerró. 

Ya ve, Sor Austringiliana, qué ensalada de escaramujos y estadísticas le pongo aquí. 

Seguiré viajando por las arboledas de mi ciudad. Y el pensamiento me llevará más o menos lejos, en el espacio y en el tiempo. Y los libros también, que esa es otra.

María Ángeles Merino



6 comentarios:

  1. Hola :)
    He paseado muchas veces por la orilla del Arlanzón, desde el Puente Malatos hasta el camping. Precioso paseo (y más si lo haces por la senda próxima al río), todo llanito. La flora es muy variada y la avifauna también.
    En cuanto a las encuestas y estadísticas... son tan manejables... (que le pregunten a los políticos :)
    Un saludo.

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  2. Buen paseo te das, unos cuantos kilómetros. En Burgos el campo está integrado, dentro de la ciudad. Es algo que no tienen muchas ciudades.
    Las estadísticas, ellos sabrán para qué las usan.
    Un saludo

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  3. Pues sí sor Austri, debe su reverencia ser alguien indispensable para las estadísticas, por eso insisten e insisten. Son solo cifras que luego sacan las conclusiones ¿que les interesan? Puede ser.

    Siempre que voy a Burgos, me maravillo de la cantidad de árboles y verdor que tiene y en todas las estaciones del año.

    Sigamos paseando y disfrutando de los paisajes que salen a acompañarnos.

    Toque sin tocas

    La sor Pardilla

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    1. En árboles, arbolillos y arbustos de ribera, estamos bien servidos los burgaleses. Sigo paseando contigo y te voy contando. Toque sin tocas, Sor Pardilla. Besos, Luz.

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