Acabo de saber que el Papa Francisco ha muerto. Y me caía bien, aunque hace muchos años que a mí se me cayeran las creencias. Del polaco andariego y del teólogo alemán, no hubiera escrito una nota así.
Y siento que lo sienta mi madre, ella sí cree a sus ciento un años. A mamá le gusta mirar su retrato, el que siempre tiene delante, junto a la "pulsera" rosario que fue regalo de mi alumna Sor Juana, dominicana y monja sierva de Jesús.
Ha muerto "con las botas puestas", tras reunirse con el representante del país poderoso que ahora tiene a gala expulsar emigrantes, los más vulnerables.
Descanse en paz, que la tierra le sea leve y ojalá estuviera ahora a la derecha de su "jefe".
Hoy es lunes de Pascua florida. Una flor para este viejo cura, de los de antes, pero bueno. O a mí me lo parecía.
Ya ve, Sor Austringiliana, se nos fue Francisco. ¿O era Jorge?
María Ángeles Merino
No hay comentarios:
Publicar un comentario