sábado, 26 de abril de 2025

Con Santa Teresa asendereada en Burgos.









Ayer, con Teresa de Cepeda y Ahumada, Santa Teresa de Jesús, de paseo por La Quinta y al sol. Sigo su itinerario, frente al último convento que fundó. Llegó ahí ya malita y muy cansada,  asendereada diría Cervantes. Podéis seguir, en esta exposición temporal, sus "senderos" por orden cronológico. 

1582. Los ríos se habían desbordado, ya sabéis aquí cómo las gastan Vena Arlanzón y demás, y corrió serio peligro en los "Pontones". Su ánimo no decayó y,  tras algunos alojamientos provisionales, fundó ahí enfrente su nuevo convento. Conoció la Catedral de Burgos, el hospital de la Concepción, San Gil, San Cosme, la Flora... Se enfadó con los del barrio de Vega porque requebraron a sus monjas jovencillas y ella los llamó "chamarileros", con el nombre se quedaron.

Y marchó, ya para morir en Alba de Tormes. Una señorona noble  la instaba para que acompañara a su hija en el parto, no llegó a tiempo, llegó,  eso sí. para entrar en "la alta vida" que esperaba, tras vivir sin vivir en ella. Alta o baja, la muerte es nuestra única certeza, el fin del itinerario. Aquí dejamos solo nuestra última alpargata, como la que guardan las monjas carmelitas de San José y Santa Ana. 

Dejo de escribir, en la televisión están con el funeral de Francisco, Santa Teresa se hubiera llevado bien con él.

Ya ve, Sor Austringiliana, la de Ávila. Asendereada. 

María Ángeles Merino

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