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miércoles, 14 de mayo de 2025

¿Rosa frágil? ¿Qué sería de los poetas sin rosas?



Pedro Ojeda Escudero publica en La Acequia la entrada La fragilidad de la rosa. La leo y la comento, saco a pasear mi pensamiento:

Miro la rosa del 23 de abril, no se ha caído ni un pétalo. Al lado, dormita mi madre que también.

Ronsard no sabía lo que decía a su "mignonne":

Mignonne, allons voir si la rose

...

Puis qu'une telle fleur ne dure

Que du matin jusques au soir !

...

¿Que tal rosa no dura más que de la mañana a la tarde? Y el español Francisco de Rioja cortaba las mismas viejas rosas del huerto de Ronsard:

Pura, encendida rosa,

émula de la llama

que sale con el día,

¿cómo naces tan llena de alegría

si sabes que la edad que te da el cielo

es apenas un breve y veloz vuelo?

...

"...apenas un breve y veloz vuelo" , piensas que los poetas no entienden de rosas o se aferran al tópico latino, al pie de la letra. 

La rosa que compré el 23 de abril envejece sin perder ni un pétalo. ¿Fragilidad?


Y, al lado, mi madre, ahí la veis, frágil como una rosa de 1923.  


Ya ve, Sor Austringiliana, la fragilidad. De las rosas y , en ocasiones, del ser humano. Sacamos fuerza no se sabe de dónde. 

Al final, sí, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. 

Tres poetas y han acudido dos más.

Pedro Ojeda, Ronsard, Antonio Machado, Francisco de Rioja, Garcilaso de la Vega. ¿Qué sería de los poetas sin rosas? 

María Ángeles Merino

jueves, 30 de enero de 2025

Silencio


Pedro Ojeda escribió ayer en la entrada de "La Acequia:

"Tanto ruido en el silencio"

Y la acompaña con una foto para estudiar.

Le doy hoy la vuelta a las palabras: 

"Tanto silencio en el ruido"

Se los envío a mi hermano Agustín y reflexiona: 

 "Tal vez el silencio grita en nuestros adentros.

Tal vez solo sea un eco que al silencio ruidoso acompaña.

Tal vez nunca distingamos el silencio oscuro del encendido silencio blanco."

(Agustín Merino)

Ya ve, Sor Austringiliana, el silencio, dónde lo hay.  

María Ángeles Merino

martes, 21 de mayo de 2024

Giros y cambios.Y el Quijote.

 




Tomado de "La arañita campeña", mi blog grande.

Esta mañana leo a Pedro Ojeda Escudero en su entrada: "Necesidad de cambio". Y contestó en su blog: 

Hacía tiempo que no leía el Quijote, leo a Galdós que no puede ser más quijotesco.

 La cinta me llevó esta mañana a una Sanchica que corre y brinca, el sueño imposible de un giro en su sencilla vida. 

Finalmente, saltando, corriendo y brincando, llegó al pueblo la muchacha, y antes de entrar en su casa dijo a voces desde la puerta:

—Salga, madre Teresa, salga, salga, que viene aquí un señor que trae cartas y otras cosas de mi buen padre.

Sí, Cervantes da volantazos geniales, qué bien nos lo explicas, cómo añoro aquella lectura colectiva e inolvidable de La Acequia. 

Se impone la señora realidad, no nos empachemos de ficción, no hay más cera que la que arde. Qué choque cuando Don Quijote llega a tierras catalanas y de los árboles cuelgan ahorcados como fruta madura.

La vida real de Cervantes, la ficticia de don Quijote, la de cada uno de nosotros, contiene  giros y puntos de inflexión.

Si has de girar, que sea para mejor. Un abrazo, Pedro.

Ya veis, cambios y giros. Y el Quijote. 

María Ángeles Merino

https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/cap50/default.htm

domingo, 15 de octubre de 2023

Paseo de otoño. Y la que está cayendo...



Escribo un comentario a la última entrada de Pedro Ojeda en La Acequia: Es tarde ya para el otoño.  

"Cerca del monumento a Cervantes, nos saludan el árbol del amor y el de Júpiter, el amor y la guerra. Son contrarios en la floración: primaveral u otoñal. Este año ha sido muy exuberante, ha durado mucho, empezó ya en agosto a lucir sus bellas flores. Nos está acompañando en un otoño desconcertante. En el Paseo de la Isla, en Burgos, ya caen las castañas de los de Indias. La que está cayendo...".

Sí, ya sé que el dios romano de la guerra era Marte, pero Júpiter tonante, con sus rayos, siempre me pareció belicoso. 

Y piso otoño y leo las primeras páginas de Galdós. Una biografía. de Yolanda Arencibia, que acaban de prestarme en la biblioteca pública. Desde el año del centenario, la tenía apuntada para leerla, ésta o la de Germán Gullón, o las dos. La disfruto desde el principio, completa e ilumina mi lectura del autor de los Episodios Nacionales. 

 A mi lado ha caído el "erizo" de una castaña, no pasa nada. ¿Quién piensa en literatura y en castañas caídas del cielo con la que está cayendo en el mundo?

La guerra. Se pregunta Pedro Ojeda: ¿Habrá árboles de Júpiter florecidos en Ucrania, en Israel, en Gaza o la ceniza habrá cubierto todo el paisaje?

Ya ve, Sor Austringiliana, el árbol de Júpiter, el otoño, Galdós, la guerra de antes, la guerra de ahora más destructiva y mira que aquella de antaño ya lo era.

El You Tube me trae la Sinfonía 41 "Júpiter", de Mozart. Unas notas triunfales y optimistas...

María Ángeles Merino


domingo, 14 de mayo de 2023

Rosales silvestres, los de 2020 duermen en los de 2023.



El miércoles leía, en el blog La Acequia, la entrada "Huellas de tiza sobre el mostrador", Pedro Ojeda nos anunciaba "Han florecido los rosales silvestres". Y se preguntaba si: "¿Son estas flores aquellas de hace unos años?". 

Un día antes, me había acercado a los rosales silvestres, a comprobar si había rosas. Las había, las de la orilla del río Arlanzón, los de la Quinta, las que quedaron para siempre en mi memoria, unidas a aquel mayo con paseo controlado. Descubrí esas rosas caninas, no las conocía, al mismo tiempo que las mostradas  por Pedro Ojeda en La Acequia, las de Béjar, poéticamente cantadas y fotografiadas.


Ya ve usted, Sor Austringiliana. Llegó la calma. Todo lo viejo vive en lo nuevo, los rosales de 2020 duermen en los de 2023. 

María Ángeles Merino


sábado, 18 de febrero de 2023

El mirlo y su llamada, un golpecito en el corazón.

Mirlo. Turdus merula.

Ya canta el mirlo y se le oye aunque no se le vea. Los poetas suelen ser muy amigos del mirlo. Su llamada de amor da un golpecito en el corazón, no sé explicarlo mejor, no soy poeta.

Recordaba una entrada de 2010, en mi otro blog, con dos pequeños vídeos donde se escucha al mirlo en el parque doctor Vara. A todas horas lo oía cantar desde clase, todo un privilegio trabajar así. Recuerdo a una compañera que nos pedía silencio...

Leo:

"Y el mirlo canta, huye por lo ,verde
y sube, sale por lo verde, y silba,
recanta por lo verde venteante,
libre en la luz y la tersura,
torneado alegremente por el aire,
dueño completo de su placer doble;
entra, vibra silbando, ríe, habla,
canta... Y ensancha con su canto
la hora parada de la estación viva.
y nos hace la vida suficiente.
...
¡Primavera, absoluta primavera,
cuando el mirlo ejemplar, una mañana,
enloquece de amor entre lo verde!"
(Juan Ramón Jiménez)
Y un haiku de mi amiga Luz Del Olmo
"Silbo de mirlo.
Melodia del aire,
muy de mañana. "
Recordaba también a Pedro Ojeda, poeta y profesor, con su Metáfora del mirlo. ¿Qué tendrá el mirlo?

Ya ve, Sor Austringiliana, lo que vale un pequeño pájaro negro con el pico amarillo.

Salgo a la calle, con el oído atento. Aún en la avenida se le oye cantar. Cuidado los cardiacos.

María Ángeles Merino

lunes, 4 de mayo de 2020

Paisajes de dentro (5)



El 24 de marzo de 2020, a las 7:46, escribí un comentario

Porque Pedro Ojeda nos pintaba un azul de cielo que dialogaba con un azul de la sierra. Y nos ofrecía un relato de dos amigos que pisaban nieve crujiente y escuchaban la música del silencio y el graznido de un águila. A nosotros, florentinos del coronavirus, refugiados tras las ventanas.

Gracias. Un día más. 

Ya ve, Sor Austringiliana, el día a día de la primavera del coronavirus. 

viernes, 13 de diciembre de 2019

Y frente a él, las lágrimas se hicieron llanto.

Nos prometimos el mar (pintura Agustín Merino)

Todo nació en el mar, 
cuando cedió su color a un triste cielo.
Todo empezó en el mar, 
cuando alguien fue capaz de ponerle nombre.
Y frente a él, las lágrimas se hicieron llanto.
Entre el mar y el cielo, 
todo es azul todo es lo mismo.
Solo cambia nuestra capacidad de poner nombre a las cosas.

(Agustín Merino)

Viene de la entrada anterior (Agua del agua) con este haiku: 


Agua del agua,
son lágrimas vertidas
siempre en el mar.

(Luz del Olmo)

Pedro Ojeda comenta:

No es lo mismo una lágrima que el llanto. 
No es lo mismo una gota que el mar entero...

martes, 16 de enero de 2018

El lagarto está llorando...


Mire usted, Sor Austringiliana:

Aquí estoy con mis niños de segundo de EGB, del curso 1981-1982, en el Colegio público Licenciado Domingo de Aguirre de Legazpi (Guipúzcoa). 

Somos:

Ángel Mari Círez, María José, Susana, yo (María Ángeles Merino), Sonia, Rosario, Rafael García.
Joaquina, Beatriz Berdote Durán, Iosune Ormeño, Ainhoa, Ana, María José, Manolo y Saúl.
Juan Carlos Saa San Sebastián, José Luis Rodríguez Granado, Alain, Ibán, Ricardo, Aitor, Javi de la Rosa y Alberto Vesga.


Y lo volví a recordar cuando el profesor Pedro Ojeda nos explicó que las vanguardias tomaron, en ocasiones,  formas infantiles. ¡Y a saber quiénes eran los lagartos y las lagartas!

Recuerdos, Sor Austringiliana. 

María Ángeles Merino