Cerezas de cerezo, hojas de laurel. Ni laurel ni cerezo, laurel cerezo. Lo encontré una mañana fresca de un día que sería de calor y pensé en el baciyelmo de don Quijote, ni bacía ni yelmo.
Cerezas que no se comen, laurel que no echamos al guiso ni corona cabezas.
Me acerco al cartelito y me informo de sus utilidades, que las tiene. Me gusta la vocación de jardín botánico que posee mi paseo de la Isla, con sus paneles informativos. Los vandalizan a menudo y alguna vez, pocas, brotan "sabios" que los corrigen, rotulador en ristre, Quijotes de la Botánica.
Estoy muy quijotesca esta mañana. Retomo un apunte de los días de calor de agosto, hoy que es ya septiembre y hace fresco. Oigo las noticias: un país polarizado, donde unos ven bacías otros ven yelmos, nadie acierta a ver "baciyelmos". ¿Algo de razón el otro? Nunca.
Ya ve, Sor Austringiliana, nada es lo que parece, o puede ser un baciyelmo.
María Ángeles Merino
https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte1/cap44/cap44_03.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Laurus_nobilis
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