viernes, 13 de diciembre de 2019

Y frente a él, las lágrimas se hicieron llanto.

Nos prometimos el mar (pintura Agustín Merino)

Todo nació en el mar, 
cuando cedió su color a un triste cielo.
Todo empezó en el mar, 
cuando alguien fue capaz de ponerle nombre.
Y frente a él, las lágrimas se hicieron llanto.
Entre el mar y el cielo, 
todo es azul todo es lo mismo.
Solo cambia nuestra capacidad de poner nombre a las cosas.

(Agustín Merino)

Viene de la entrada anterior (Agua del agua) con este haiku: 


Agua del agua,
son lágrimas vertidas
siempre en el mar.

(Luz del Olmo)

Pedro Ojeda comenta:

No es lo mismo una lágrima que el llanto. 
No es lo mismo una gota que el mar entero...

3 comentarios:

  1. Y una mujer asomada a la ventana para ver ese mar, todo el mar.

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  2. Hablando esta mañana con sor Austringiliana, de no poder verter ni una lágrima, se me ha ocurrido este otro haiku. Y siento poneros tristes, pero es lo que me ha inspirado el monje japonés Matsuo Basho.

    Llanto sin lágrimas
    es dolor tan profundo,
    que ya no hay mar.

    Besos

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  3. Es triste pero es así, ya no hay mar.
    Gracias por el nuevo haiku.

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