lunes, 9 de diciembre de 2024

Cenicientas y Marcelas

 



Frente al Arco de Santa María, al comienzo del puente, ha brotado un adorno navideño en forma de carroza de Cenicienta y allá van a subirse y hacerse la foto, más las niñas que los niños, más las mujeres que los hombres; aunque sepan bien que el sueño de ir al baile a encontrar el príncipe azul, o la princesa azul, es una fantasía solo de cuento. 


Es literatura y existen muchas versiones, algunas antiquísimas. Se pierden en la noche de los tiempos, como se suele decir en frase hecha.

Y leyendo, estoy con Benito Pérez Galdós, en el Episodio Nacional  25 "La campaña del Maestrazgo", entre la barbarie de la primera guerra carlista, conozco a "la monja Marcela", un personaje galdosiano que bebe de otro cervantino que lleva el mismo nombre, una  "anticenicienta". 


Voy al capítulo 1, 14 del Quijote a recordar a aquella libérrima pastora Marcela que proclama:

 "Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos: los árboles destas montañas son mi compañía; las claras aguas destos arroyos, mis espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada puesta lejos...".

Marcelas en la soledad y Cenicientas que van al baile, nacieron libres. 

Como muy cerca está la escultura de la castañera, me viene a la cabeza que "nadie os va a sacar las castañas del fuego". Ya lo saben los niños y niñas, son cosas de los cuentos que cuentan mentiras para contar verdades.


Ya ve, Sor Austringiliana, "yo nací libre".

María Ángeles Merino

https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte1/cap14/cap14_02.htm

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