Hablando de Federico, antes de la pandemia.
Yo vi a Federico entre los rascacielos de Nueva York, entre cadáveres amontonados, recitando a un Trump de plasma versículos de dolor. Se oía una letanía lúgubre. economía, economía.
Cuando no se tienen ganas de escribir...
Ya ve usted, Sor Austringiliana, el día a día de la primavera del coronavirus.
Lejano aquel día en el Palacio de la Isla, en realidad tan cercano.
Sor Austringiliana, pero que me cuenta que ha estado vuestra reverencia en esa ciudad donde crecen las casas como los árboles y además con un tal Federico. ¡Jesús, Jesús!, oyendo una letanía lúgubre, pero en qué berenjenales se mete su reverencia.
ResponderEliminarToque de tocas y de lo que aquí he leído, pongo punto en boca.
La Sor Pardilla
Fue un sueño extraño, Sor Pardilla. Era Federico, eso seguro.
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