El último lugar donde esperamos encontrar unos versos es el envoltorio de un humilde ramo de flores, un poco ajadas, atado a una cañería.
Y leemos:
"Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos,
porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo."
Nos suena a la ya vieja película, "Esplendor en la hierba", con la desafortunada actriz que cayó de un esplendoroso y mortal yate.
El autor del homenaje nos refresca la fuente: "Oda a la inmortalidad" de William Wordsworth. Un poeta romántico. A ver si lo he escrito bien, que en el momento en que veo uves dobles...
El esplendor se apaga. Ni siquiera el recuerdo es inmortal, pero las socorridas coplas de Jorge Manrique nos lo dejaron medievalmente claro:
"Aunque esta vida de honor tampoco no es eternal, ni verdadera, mas, con todo, es muy mejor que la vida terrenal, perecedera"
Algo es algo. En fin. Ya ve, Sor Austringiliana, en una cañería.
María Ángeles Merino
https://www.zendalibros.com/oda-a-la-inmortalidad-de-william-wordsworth/