No siempre es conveniente leer. ¡Pobre don Repupa, víctima de doña Tecla!
Un recuerdo a los tebeos de la infancia, aquellos de Bruguera. Me lo envía de vuelta de una guardia mi hermano Agustín, enfermero de postín y de Sacyl.
Nos mostraban un mundo ya un poco viejo pero lo hicimos nuestro. Y reíamos o sonreíamos, aunque no conociéramos a ninguna "enfermera de postín".
Ya ve, Sor Austringiliana, leíamos tebeos para luego poder leer libros.
María Ángeles Merino
No hay comentarios:
Publicar un comentario