lunes, 2 de octubre de 2023

Colores de octubre, con un poco del Quijote.


 Entra el señor Octubre en mi ventana, con el azul de las viejas campanulas y el fucsia del joven ciclamen. Cada una de mis macetas me cuenta su  minúscula historia y conoce la mía. Afuera los tilos esperan el momento de otoñear de verdad, San Miguel les tiene despistados, no saben qué ropa ponerse, como yo. 

El Google, como otras veces, enmienda los colores de la foto, me ofrece una imagen maquillada, "estilizada" según su jerga. No le convencen los de la cámara de mi móvil, quieren añadir un poco más de irrealidad. Me asomo a la ventana de nuevo para ver y comprobar los tonos de los de verdad.

Esta mañana retomo el Quijote y la cinta me conduce junto a la enamoradiza Altisidora que requiebra a don Quijote con unos versillos falsos y osados, qué atrevimiento rivalizar con Dulcinea. 

Y al viejo hidalgo solo se le ocurre que cosa y labre, que todo es fruto de la peligrosa ociosidad femenina. Ya sabes, Altisidora, dale a la aguja y descansa tu cabecita.

 Tiempo atrás, don Quijote hubiera saltado como un resorte. Ya no puede con su alma, se retira a su aposento y le tienen preparada la broma de los cencerros y los gatos. Necesita cinco días de cama para recuperarse de los arañazos de un gato malandrín, le aplican costoso aceite de Aparicio en sus castigadas narices y sobrevivirá al mal y al remedio; que los microbios sucumbian ante las defensas de un cincuenton de antaño que, a esa edad, habrían lidiado con numerosas infecciones y se las sabían todas. A los duques y sus secuaces se les ha ido la mano, el viejo hidalgo podía habérseles muerto. 

 Mientras don Quijote se repone, voy con un  Sancho al que torturan con la vista de apetitosa comida que le prohíben comer. 

Busco en Google qué composición tenía el aceite de Aparicio, valiente mejunje, con lombrices y todo. Los microbios en su salsa. 

Ya ve, Sor Austringiliana, cierro mi Quijote y vuelvo a la ventana a comprobar que los malandrines no han metamorfoseado los colores de las flores y de los tilos. El mundo virtual puede ser tan falso como la corte de los duques. 

Y el mundo real ¿no puede ser también, en ocasiones, tan engañoso como aquella? Y gastar bromas pesadas.  

María Ángeles Merino

https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/cap44/cap44_03.htm

https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/cap46/cap46_02.htm

2 comentarios:

  1. Empiezas con tus hermosa campanulas y tu bello ciclamen, entremedias don Quijote, Sancho y demás comparsa, para terminar también con esa ventana donde florecen las flores que cuidas y así permanecen vivas, como ocurre con tus lecturas que nunca abandonas.
    Besos
    Luz

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  2. Vida en las flores y en las palabras. Besos.

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