domingo, 9 de abril de 2023

"Resurrección": "incluso en la ciudad, la primavera era siempre primavera".


"En vano se esforzaban cientos de miles de hombres, hacinados en un pequeño espacio, en esterilizar la tierra que los sustentaba, cubriéndola de piedras, para que nada pudiera germinar, y arrancando las hierbecillas que pugnaban por salir; en vano impregnaban el aire con humo de carbón y petróleo; en vano talaban los árboles y exterminaban a los animales y los pájaros porque, incluso en la ciudad, la primavera era siempre primavera."


Fue uno de los primeros libros no infantiles que leí: Resurrección de León Tolstoi. Sé que conservo el ejemplar de Bruguera, 1974, rojo, imitación piel y sobrecubierta de plástico; pero no lo encuentro, debe andar sepultado. 



Recuerdo muy poco de su argumento, sé que había una mujer pobre que lo pasaba bastante mal y un hombre rico que se sentía culpable. Sin embargo, no sé por qué, siempre he recordado el comienzo de Resurrección, su mensaje que ahora diríamos ecológico, que "incluso en la ciudad, la primavera era siempre primavera". 

Como no lo encontraba, lo he descargado. Su lectura me ha atrapado, he respirado el aire viciado de la cárcel de donde sacan a Ekaterina Máslova, culpada de envenenamiento, y, por contraste, el aire con olor a campo de aquella mañana de primavera, en el camino al tribunal, donde se reencontrará con el joven noble militar Dmitri Ivánovich Nejliúdov, el culpable del comienzo de sus desdichas. 

Qué libro, Sor Austringiliana, no me extraña que me gustara tanto. 

Una buena lectura para un domingo de Resurrección. 

Podéis leerlo aquí.

María Ángeles Merino



2 comentarios:

  1. De vez en cuando hay que regresar a Tolstoi hasta para comprender la primavera.

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  2. Volver a las primeras lecturas adultas es un descubrimiento de uno mismo. Se leía mucho a los rusos en los setenta. Incluso nos descubre la primavera, sí.

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