Óleo a la espátula de Agustín Merino.
Cosas de mi hermano Agustín. Dice que por qué no lo publico. Ahí va:
..húmedo y rosado de sabor inmenso,
ávido de ser amado.
Hermoso delicado, cálido y apasionado,
esperando en olas.
Suave y dulce en la calma y en la tempestad señor de tus adentros, inolvidable es la palabra.
Indomable cuando a ti me acerco,
hasta saciar las ganas y saciarse,
que te atrape mi boca y no suelte,
poco a poco y suavemente, apenas rozando,
hasta que te abras y me pidas entrar hasta tus adentros.
Camino a lugares sagrados invocado a dios como letanía,
provocando hacer estallar el universo confinado entre nuestros cuerpos.
Y tu boca me reclame que lo llene.
La mía responda me derramare en ti después cuando ya seas toda jadeos.
Y ya no puedas más.
Mas fuerte acometer tus adentros hasta encontrarme haciéndome líquido en ti.
Y ya dejándome ir llenarte llenarte llenarte.
Llenarte de mí.
(Agustín Merino)
Dígale al hermano de su pupila que si conoce los versos de Oliveiro Girondo, en un poema que empieza así:
ResponderEliminarSe miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,....
No continúo porque no sé si a vuestra reverencia le gustará el que todo esto quedé escrito en este blog.
No lo comente por ahí, porque seguro me excomulgan,pero a mí me gusta mucho el poema.
Un toque algo erótico de las tocas
La sor Pardilla
Nada nuevo bajo la luna de siglos y cenobios
ResponderEliminar"Quedeme, y olvideme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y dejeme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado"