Cuando oigo hablar de la conveniencia de instalar, o no, en la portada de Santa María, las puertas de Antonio López, me viene a la memoria algo que, contundentemente, nos decía mi profesor de Historia del Arte de sexto de bachiller, don Jesús Crespo Redondo: "el churro de la Catedral de Burgos".
Éramos niñas de unos quince años, con los ojos clavados en la "filmina", diapositiva, y los oídos un poco escandalizados. ¿Churro? ¿Qué dice nuestro profesor, tan respetuoso, de algo tan sagrado como la cercana Catedral?
Decía y decía muy bien, era un buen profesor que nos proporcionó líneas generales, coordenadas para ponernos delante de una obra de arte y disfrutarla. Simples pero certeras. Gracias, don Jesús, espero que esté todavía con nosotros. Si no es así, será como una estrella apagada de la que recibimos luz.
Volvamos al "churro", sí, la barrabasada fue en el siglo XVII y culminó en el XVIII. Dicen que estaban muy deterioradas por el agua, del viento y la dura climatología, agravada por las casas de al lado, tan cercanas que impedían la ventilación. Era una señora portada gótica la que fue arrancada y de ella solo quedan unos dibujos, en el Claustro Bajo tenemos una maqueta que nos da una idea.
La portada de Santa María tenía mala suerte, del gótico viajó al barroco y de ahí al neoclasicismo. El triángulo neoclásico de la portada, un pequeño frontón, ése era el "churro" que nos señalaba nuestro profesor. Fue obra de un arquitecto, Fernando González de Lara, que recibió la bronca y dicen que murió en la miseria.
Y me fui a ver las puertas de Antonio López, subí por la del Sarmental y entré por otra, admirable, maravillosa, que nunca había visto abierta: la del Claustro Alto. Un enorme pez amenaza con tratarse a toda la Humanidad. Venga, entra.
Ya estoy en el Claustro y allí leo los paneles informativos, aunque tal vez sea mejor contemplar la obra sin más y luego leer. Al fondo, en el Museo Catedralicio, han colocado las puertas. Santiago Matamoros a un lado, con su amenazante espada cortando cabezas. Y San Vicente en el epúleo, al otro, qué dolor. Distintos estilos y no parece sorprender a nadie.
Oigo opiniones en uno y otro sentido. ¿Problemas de instalación de puertas tan pesadas? ¿La opinion de ICOMOS? ¿Le quitarían a la Catedral el título de Patrimonio de la Humanidad? ¿Ochenta mil firmas? ¿Demasiado " moderno"? ¿No "pega" en el entorno gótico? ¿No gusta que haya tomado modelos de su entorno? ¿O de él mismo? ¿ No gusta que sea su jardín con membrillero? ¿Y ese cabezón? ¿No es esa la idea que tenemos de Dios Padre, la Virgen y el Niño? ¿Manejos políticos o eclesiásticos? ¿Económicos siempre?
Entro en la obra de arte, os contaré el viaje. Me gusta, aunque la Virgen parezca una chinita y Dios esté y no esté, o precisamente por eso. Será que no entiendo, pero el arte no se entiende, dicen.
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Ya ve, don Jesús, unas polémicas puertas, en la catedral de Burgos, donde se han sucedido los estilos artísticos y ahí conviven, desde los restos románicos.
Ya veis, en la portada de Santa María, Puerta Real o del Perdón.
Mi respeto a todas las opiniones.
María Ángeles Merino
Podéis veis el dibujo de la antigua portada aquí.
http://elblogdesoraustringiliana.blogspot.com/2025/12/el-churro-de-la-catedral-de-burgos.html













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