sábado, 25 de febrero de 2023

Cuando entró el verano y di positivo...

I



Antes, los hombres contaban su "mili" y las mujeres sus partos. En mi caso, ni una cosa ni otra; aunque no me faltarán "batallitas" para  aburrir a los jovenzuelos que tengan la paciencia de escucharme. 

Y, si llego, me veo contando mi COVID-19. Fue en junio de 2022, leve pero molesto y desagradable. Mocos, dolor de garganta, un poco de fiebre los dos primeros días y apetito caprichoso. Me parece oír la voz de mi hermano: "estás positiva y muy positiva". Cielos, el tan temido monstruo ya está aquí.

El día en que entró el verano se me declaró, a mi madre fue la noche de San Juan. A partir de ahí, como si  no tuviera nada; porque tenía que ocuparme de mamá, que lo superó afortunadamente, con tres días de hospital, sin UCI, oxígeno y antibiótico. Con noventa y ocho años, ahora noventa y nueve, es superviviente de una generación muy cribada: alta mortalidad infantil, coletazos de la gripe mal llamada española, guerra incivil, postguerra y ahora pandemia COVID 19.

Ya ve, Sor Austringiliana, en mi caso, y en el de mi madre, no fue para tanto, nos pilló vacunadas, gracias a la Ciencia con mayúscula. Nada que ver con aquellas "pestilencias" de la época de Cervantes, de las que encontramos ecos en el Quijote, desconocidas y sin remedio alguno. Como en el capítulo 1. 19:


Lo peor se vivió en aquel confinamiento, con noticias de miles de muertos aquí y en todo el mundo. ¿Recuerda usted aquellos "paisajes de dentro"? . Escribía cosas así: 

Salíamos a por lo básico, escopetados y como si algo se nos fuera a caer encima, deprisa deprisa por la calle de toda la vida que de repente se había vuelto extraña y peligrosa. 

Ahora nos hemos relajado y cometemos imprudencias, aunque sabemos que no debemos bajar la guardia. Nos queda "mucha nueva normalidad", mucha mascarilla e hidrogel, muchas colas para todo, actividades colectivas pocas y restringidas...Tenemos "mili" para rato.

¿Aprender? Siempre queda alguna enseñanza cuando las pasamos canutas. Y sale a la luz lo mejor y lo peor.


Seguimos aquí.

Y, en 2022,  la guerra.

Si llego, podré ejercer de abuelo Cebolleta, narrador de batallitas. 


María Ángeles Merino 


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