miércoles, 21 de febrero de 2018

En ti estás todo, mar, y sin embargo, ...

Pintura de Agustín Merino



(Diario de un poeta recién casado, 1916)


En la noche que calma y aquieta
Aterciopelada en profundos respirares de luna
Ignoras tus azules heridas, pues no las sientes
Tu soledad tan inmensa escapa a la muerte
Mis pensares cabalgan olas de espumas junto a los tuyos
Sin descifrar las deidades que nos desmiembran y mutilan
Un corazón de agua permanece y en besos pulsa aferrándose a la vida
Naces mar sin saber que ya naciste, en el nácar del olvido conjugado
En los corales del desrecuerdo
En todas las memorias de la negra ausencia

(Agustín Merino)

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