lunes, 10 de junio de 2024

Europa y la "Chata Berenguela".

 







 El sábado tuvimos tarde de lluvias y llovió con ganas, que se lo digan a los bomberos. Fue una tarde de reflexión y lectura tras la ventana. 

Leía. Era mil ochocientos treinta y seis: Benito Pérez Galdós, en el episodio "Luchana",  me condujo por un Bilbao asediado por los carlistas, los "facciosos", los que solo cesaban de disparar a la hora del rosario. 

¿Quedan, en 2024,  algunos lodos de aquel polvo carlista de guerra civil? Ahora, afirman los medios de comunicación,  estamos "polarizados". Ya llovió desde 1936, pero las dos Españas "se guardan aún el rencor de viejas deudas".Y las dos Europas, más enfrentadas que nunca.


El domingo amenazaba lluvia y llovió,  apenas mojaba las patitas de los gorriones. Una mañana  meona que no puso trabas ni al paseo ni a las visitas a los colegios electorales. Estupendo.

Mientras tomaba un segundo desayuno dominguero, es mi costumbre cuando voy a votar, tomarlo allí, en la que sigo llamando cafetería Milán, ahora franquicia panadera. Eché un vistazo al periódico recién comprado: "Europa mide la ola ultra". Uy, Europa tendrá que surfear, dije para mí. 

Y a mi colegio fui, el mismo de mis años escolares, el que cambió el nombre del dictador por el de mi río Arlanzón; pero a mí me tocó el general superlativo, qué suerte los niños de ahora en un cole con tantos colores. 

 Era inevitable, entro por el patio y soy una niña de bata blanca y chalina cantando en un corro cancioncillas como lo de la Chata Berenguela. Como es tan fina, güi güi, güi, se pinta los colores, güi, güi, güi, con gasolina, o brillantina, y su madre le dice, güi, güi, güi, quítate eso, que va a venir tu novio, güi, güi, güi, a darte un beso, trico, trico, tri. 

Entro, cojo la papeleta, a la vista del que me quiera mirar, y sigo a una vecina hasta la mesa que nos toca, el DNI y adentro el voto. 

Europa comienza una aventura, se ha pintado los colores como la Chata Berenguela y espera a unos novios que van a darla un beso. Nunca tuve claro por qué la Chata Berenguela, o Merengüela, terminaba con un carrillo muy colorado, si fue un beso u otra cosa. Hay novios y novios. 

"Bienvenidos a una nueva aventura" dice la coloreada puerta de un aula. Dejo allí a la niña de bata blanca, anda, María Ángeles, vuelve a tus sesenta y pico tacos. 

Hago una foto al río Vena: cae agua sobre el agua y pasa un autobús a Cortes.

Cumplí con mi deber ciudadano. 

A Europa le toca, nos toca, surfear. Ya ve, Sor Austringiliana. Oui, oui, oui. 

María Ángeles Merino

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