viernes, 9 de septiembre de 2022

Comienzo el día

 

Comienzo el día con La loca de la casa de Rosa Montero. Locura, imaginación, literatura... Me queda poquito y lo siento... Oigo el guirigay de los niños que van al colegio ahí enfrente, su primer día después de las vacaciones. ¿Y yo aquí? Cierro el libro, los recuerdos me llevan a otras realidades. ¿Las adoba la imaginación? ¿Nos miente la memoria?


¿Los escritores escriben su vida? ¿De verdad le han ocurrido a Rosa Montero esas "aventuras"? Leo: 

"El escritor toma un grumo auténtico de la existencia, un nombre, una cara, una pequeña anécdota, y comienza a modificarlo una y mil veces, reemplazando los ingredientes o dándoles otra forma, como si hubiera aplicado un caleidoscopio sobre su vida y estuviera haciendo rotar indefinidamente los mismos fragmentos para construir mil figuras distintas." (Página 265 y 266)

"La narrativa es al mismo tiempo una mascarada y un camino de liberación. Por un lado, enmascara su yo más íntimo con la excusa de la historia imaginaria; o sea, disfrazas tu verdad más profunda con el ropaje multicolor de la mentira novelesca. Pero, por otro lado, conseguir que la loca de la casa fluya con total libertad no es cosa fácil..." (Página 268)

(La loca de la casa, Rosa Montero, Alfaguara, 2003)

Ya ve, Sor Austringiliana, "la loca de la casa" que decía Santa Teresa.

María Ángeles Merino

6 comentarios:

  1. No todos los escritores usan sus vivencias creo que tienen una muy buena imaginación.

    ResponderEliminar
  2. Pues sí, sor Austringiliana, la famosa "loca de la casa", quizás no invente tanto, sino más bien desfigura a su antojo las vivencias por las que ha pasado y pasa para formar historias que luego otras personas leen o se quedan en el olvido.

    Toque de tocas.

    La sor Pardilla

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La gracia está en desfigurar con arte lo que uno lleva dentro. Toque de tocas y nos quitamos la toca, Sor Pardilla. 😘

      Eliminar