martes, 30 de octubre de 2012

Llegó el otoño, Sor Austringiliana. ¿Recuerda?

 

 
 
 
Aquel otoño tan amargo, tan oscuro, Sor Austringiliana.  ¿Recuerda su caridad?

Aquel pozo de maldad. ¿Recuerda?

Mi gratitud, sus palabras me sacaron de un  maléfico otoño de sombras.  Alguien se comió los colores, mala digestión, mal  regüeldo.

Perdóneme, la llamé deslenguada.

Gocemos de los colores, Sor Austringiliana. Ellos nunca podrán gozarlos, perpetua condena.
 
La felicidad está vedada para quien hace infelices a los demás.
 
  
No hay esperanza para ellos.

5 comentarios:

  1. Vengo aquí por primera vez, con todo el respeto que se le debe a una hija-esposa de Cristo.
    Espero que vuestra caridad me haga partícipe de sus adversidades, y yo lega, en este ambiente procuraré hacer lo posible por comprenderla y ponerle al día en todo lo que sea menester.
    le pido que me tenga presente en sus oraciones, por si acaso.

    Un saludo afectuoso.

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  2. Ya veo que paseas mucho por los alrededores del convento, espero que no sea a escondidas de la abadesa. Qué bonito está el otoño "Austrin" disfruta antes de que lleguen los fríos.

    Saludos afectuosos.

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  3. Sor Austringiliana, ya sabe vuestra reverencia que el tiempo pone a cada uno en su lugar y por las últimas conversaciones tenidas con su reverencia, parece que poco a poco el otoño va dejando las hojas en su correspondiente sitio

    Inclinación de cabeza de esta que lo es

    La Sor Pardilla

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  4. Así es, alabado sea Dios, que pone al malvado en su sitio y hace que resplandezca la verdad. El otoño oscuro va iluminándose. Se oscurece para quien hece infeliz a su prójimo.

    Una reverencia, Sor Pardilla.

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  5. Sor Pamisola:
    Encantada de su visita a mi rinconcito bloguero y conventual. No recibo aquí muchas visitas, por eso me ha hecho mucha ilusión el mensaje desde la Gran Compluto.
    Es verdad, me escapo del convento a contemplar las bellezas que el Creador nos regala en estos breves días otoñales, ya casi invernales.
    Le hago partícipe de mis sentimientos, iré contándole. El otoño oscuro ocurrió hace unos años y, como dice Sor Pardilla, el tiempo va poniendo todo en su sitio.

    Tuve el placer de conocer a su caridad en ese poblachón manchego que llaman Magerit, a Dios doy gracias por la feliz circunstancia.

    Reciba uns reverencia afectuosa.

    Sor Austringiliana

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