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Sergio del Molino lo comenta en su articulo del domingo. "No hace falta leer un libro para criticarlo" nos dio a entender una periodista airada,"con una chulería digna de un pleno en las Cortes", en un programa de televisión.
Marta Nebot había increpado previamente a Javier Cercas: su novela de no ficción El loco de Dios en el fin del mundo, blanqueaba, sabía a ciencia cierta que blanqueaba a la Iglesia Católica; aunque confesó no haberlo leído.
Al mirar el taco del calendario, con sus apóstoles en corro con la Virgen María y sus llamas, me quedé pensando si tal vez había descendido sobre la cabeza de doña Marta alguna de las lenguas de fuego de Pentecostés, cargadas de sabiduría automática. Si los apóstoles, de pronto, hablaban lenguas ignotas y sin pinganillo...
El espíritu crítico anda por los suelos hace mucho, en los medios de comunicacion, en la calle y en todas partes, buen artículo el de Sergio del Molino. No os perdáis su novela Los alemanes, yo sí la he leído y la de Cercas también.
¿Para qué leemos si no hace falta? Con escuchar o leer en las redes tamañas opiniones sesudas, pronto nos lloverá la sabiduría y podremos opinar de todo. Perder tiempo con los libros, a quien se le ocurre, con lo cultísimos que podemos llegar a ser.
Bromas aparte, no hay nada como leer un libro y dejar que el libro te lea a ti. Que no te lo lea otro, que no te blanqueen.
Ya ve, Sor Austringiliana, los libros nos leen.
María Ángeles Merino Moya
Escaparate de la librería de la Casa de la Iglesia, en Burgos, frente al Palacio Arzobispal. Veis la novela de Cercas en un rinconcito.