sábado, 1 de noviembre de 2025

Sin bastón pero con alas

Sin bastón, pero con alas. El bastón llegará, todavía no lo necesito, gracias. Las alas de leer y aprender, espero que me duren más allá del bastón. Un buen libro acompaña en el autobús.

Ya ve, Sor Austringiliana, la mejor compañía. 

Érase una viejecita...

María Ángeles Merino



viernes, 31 de octubre de 2025

Flores tristes


 Es tiempo de flores tristes.

¿De dónde viene la costumbre? Me gustan todas las flores, todas, menos esas. 

Me dicen que, en Japón, el crisantemo es la flor nacional, otra cultura.

Por favor, os lo ruego, no llevéis flores de plástico a los muertos.

Pensad si las lleváis a los muertos o a los vivos, que vean...

La cancion de Mecano suena irreverente, pero es lo que me ha venido a la cabeza: "Y los muertos aquí lo pasamos muy bien, entre flores de colores...".

Ya ve, Sor Austringiliana, flores tristes. Ahí, junto al Mercado Norte, han instalado los puestecillos. Se ganan su pan, lo respeto.

María Ángeles Merino Moya





domingo, 26 de octubre de 2025

Mural prehistórico. Miedos y sueños.

 




Ayer, mis pies me llevaron a la orilla, un poco embarrada, del río Arlanzón, pasado el puente de San Pablo y en paralelo al Museo de la Evolución Humana (MEH).

Me salieron al paso los animales prehistóricos de un mural pintado, y un poco esculpido, por un taller de empleo. Son  trabajadores con ilusión, se nota y es de agradecer; aunque sean subvenciones, que todo funciona así, ay señora alcaldesa. 

Por la pintura trampantojo, allí me colé. Veía al elefante de poderosos colmillos, al rinoceronte como un tanque, al fiero león cavernario de dientes como sables. Qué vida tan dura y azarosa la de aquellos hombres y mujeres de la Sierra de Atapuerca, hace miles y miles de años, que lo del Cid es de anteayer.

Despues de un día ocupadísimo en buscar peligrosamente el sustento, la noche no llegaría exenta de miedos. ¿Y si ronda por ahí alguna de esas fieras? ¿Se atreverá a entrar? ¿Saldrá el sol mañana? ¿Se nos acabará la comida? ¿Vivirán nuestros niños?  ¿Qué hacemos con los viejos y los que no pueden seguirnos? ¿Cazaremos algún animal?  ¿Quedarán bayas, frutos, raíces, algo que echarnos a la boca? ¿Y animales muertos? ¿Qué hacemos con esos del otro lado de la sierra que nos levantan la caza?



Ahora, en medio de la noche, nos desvelamos y damos vueltas a la cabeza, no nos faltan miedos, no somos tan distintos al "antecessor" Miguelón, aunque nuestra vida sea más cómoda y no ronde por ahí ningún oso cavernario. 

Y soñar, soñarían. ¿Para qué los sueños, batiburrillo de nuestra actividad cerebral? ¿O hay algo más, señores científicos o señores poetas? No existe un José, como el de la Biblia, que interprete los sueños al faraón. 


Sigo mi paseo, por la orilla del Arlanzón otoñeada. Canta el agua y cantan los pájaros, lo natural nos esponja. Tengo que comprar algo de fruta en el mercado, me paro a hablar con una antigua compañera, esto está cada vez peor. 

El mundo no se acaba, de momento. El "homo heidelbergensis" Miguelón no podía imaginar que todavía quedaban miles y miles de años. 

Ya ve, Sor Austringiliana, miedos y sueños, en otoño. 

Maria Ángeles Merino Moya



https://www.elcorreodeburgos.com/burgos/251009/238336/burgos-estrena-mural-dedicado-prehistoria-orillas-arlanzon.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Cr%C3%A1neo_n%C3%BAmero_5

viernes, 24 de octubre de 2025

Las croquetas de Galdós.

 

Croquetas

Viene de La arañita campeña, mi otro blog, el que suelo dedicar a cosas de libros, pero este de las croquetas también encaja aquí, como ráfagas de vida.

El comienzo de Montes de Oca, octava novela de la tercera serie de los Episodios Nacionales, tal vez pilló con hambre a don Benito Pérez Galdós y nos conduce, sin mas, a una fonda madrileña decimonónica; pero no una cualquiera sino a la llamada "Fonda Española", de "éxito tan rápido como lisonjero", "por el módico estipendio de doce reales", al alcance de "empleados y militares de mezquino sueldo, de calaveras sin peculio, o de familias que empezaban a gustar la vanidad de comer fuera de casa en días señalados o conmemorativos". 

Estamos en 1840 y pasamos del abrazo de Vergara, militar y traumático, a uno culinario. No nos extraña, sabemos que Galdós era de "buen diente". Comienza destacando algunas reformas, "no baladíes" de los cocineros italianos Perote y Lopresti que regentaban la citada fonda: "el sustituir la lista verbal, recitada por el mozo, con la lista escrita, "la introducción del precio fijo y la regla económica de servir buen número de platos por el módico estipendio de doce reales".

¿Innovadores? No, sino divulgadores de "aquel arte precioso en la vida de los pueblos". Seguimos leyendo y se nos abre el apetito:


¡Las croquetas! Sabemos que entraron en España en la Guerra de la Independencia, con los franceses. Para don Benito, no son "asunto baladí", seguro que le gustaban. Y aquí estoy yo friendo mis croquetas, un gran invento francés, sin duda, crujiente por fuera y blandito por dentro. 

Merece la pena leer y paladear este primer capítulo de Montes de Oca. También, aunque el tema sea militar y no gastronómico. el resto de la novela, dedicada a unos hechos ocurridos en Madrid, Vitoria, Pamplona y otros puntos de la geografía española, entre 1840 y 1841.

¡Ay que se me queman!  No, las croquetas, tengan el relleno que tengan, yo prefiero las de jamón, no son cosa "baladí". 

Ya veis, las croquetas, algo bueno vino con Napoleón. Galdos nos muestra que pueden andar entre la Literatura y entre la Historia.

domingo, 12 de octubre de 2025

Hay un dolor que no duele.



Anestesia

Hay un dolor que no duele.

Hay un silencio que callado grita.

Cuando todo se enlentece y la vida no es más que latidos.

Todo está bien todo es perfecto.

Callado y silencioso.

Un dolor que no duele, un dolor que todo lo aquieta.

Todo está bien todo es perfecto.

Todo es esperar una lágrima que no llega.

Cómo la pena que no es pena.

Y no, nunca pasa nada.

Solo la vida preguntándose: ¿como es la vida?

Agustín Merino (texto y pintura)

jueves, 9 de octubre de 2025

¿Cómo viviremos en 2050? Si vivimos.

 

En el Museo de la Evolución (MEH).

Panda de chavales, en la charla y presentación de libro, del periodista Fernando Jáuregui. El tema era el futuro y nos colocaba en 2050, cuando el conferenciante cumpliría, o no, él piensa que no, cien años. ¿Cómo será nuestra vida? 

Nada que ver con el mundo de ahora, un futuro tan impensable como el visto desde 1950, por Bradbury, el autor de Crónicas marcianas. Y Jáuregui  nos recordaba dos libros clave, unos clásicos ya, anticipatorios de futuros inquietantes Un mundo feliz de de Aldous Huxley y 1984 de Orwell. 

Y tantas cosas que ahora nos parecen normales y ni las imaginábamos en los cincuenta, sesenta, setenta, ochenta... 

El móvil, ay el móvil que llevamos encima todo el día, nos conoce y  manipula sibilinamente. Lo llevaremos dentro, si en nuestro cuerpo serrano.

Leí con interés el de Huxley, cuando era casi como los adolescentes allí presentes, me pareció una pesadilla de ciencia ficción. Creo que, a su edad, me preocupaba el futuro, tal vez solo el futuro más inmediato, la memoria engaña. Distópico, ahora no tanto. 

Les pregunté, son alumnos de un colegio privado religioso, pijillo, y les condujo allí un paciente profesor. No se portaron mal, pero no parecían prestar atención, solo uno se atrevió a coger el micro y preguntar. Se les veía en otro mundo; risitas por lo bajinis, miraditas, aguantar a que esto se acabe. Aunque iban con el uniforme de adolescente, se les notaba la clase social. un poco o un mucho  por arriba. Pensé que tal vez se sentían cubiertos y protegidos, sus padres podrán pagar universidad y demás. Pensé que si fueran de clase social menos favorecida sí les preocuparía el futuro, o tampoco, viven todos en la galaxia adolescente. 

Los asistentes a la charla, los talluditos, escuchábamos serios y en silencio. ¿Futuro? ¿Cambios?

El futuro vendrá y nos sorprenderá a todos los vivientes. Los chavales ya no serán chavales, no sé presenta fácil, chicos, a vosotros tampoco. 

El conocido periodista Fernando Jáuregui presentó su libro El cambio en 100 palabras, son muchas más. Para reflexionar. Leemos, en la página del MEH, la reseña; 

"Este es un libro investigado y escrito pensando en 2050: ¿cómo será nuestra vida a mediados de este siglo? Su autor, un veterano periodista y escritor, dice que en ese año cumplirá los cien. Pero no espera poder soplar el centenar de velitas, entre otras cosas porque no ha seguido los consejos que él mismo recoge aquí para llegar bien hasta los ciento treinta años. Ahora apenas pide tiempo para comprobar si algunos de sus pronósticos -aquí incluidos- se cumplen. Por ese motivo Jáuregui dedica este volumen a las generaciones jóvenes, sobre todo a la «generación zeta de la futura Leonor».

En colaboración con Promecal."

Bueno, sí llego a 1950, noventa y tantos...

Ya ve, Sor Austringiliana, unos chavales, un periodista, un libro y el cambio. 

María Ángeles Merino

https://www.museoevolucionhumana.com/es/calendario

https://www.youtube.com/live/IZ8et49fu9I?si=vu51vXfUwgDe1p5F

miércoles, 8 de octubre de 2025

Tardes al sol de octubre. Paseo y libro. Distancia.


Hace cinco años, como ahora: un paseo con árboles y río, más un buen libro, con sol o sin sol. Con sol mejor, como aquí, en las fotos de 2020.

Creo que el libro era la serie de Torquemada, el prestamista odioso de Galdós, yo le hubiera dicho cuatro cosas, mientras caía la tarde de octubre. Esa gente que solo vive por y para el dinero...Don Benito supo de los prestamistas, se nota. 

 Hace cinco años, la gente mayorcita paseaba por la Quinta, o la Isla, en mi ciudad, como ahora. Ahora ya no se guardan distancias, afortunadamente. Distancias epidemiológicas, las otras siempre se han guardado aquí y se siguen guardando.

Ya ve, Sor Austringiliana, hace cinco años. Tardes al sol de octubre. Paseo y libro. Distancia.

Como ahora.

María Ángeles Merino


lunes, 6 de octubre de 2025

"Luna de la cosecha" en Tenerife.

 




Ayer, mi hermano me enviaba la "Luna de la cosecha", superluna de octubre, desde Santa Cruz de Tenerife. 

Le busco música, Debussy puede ser. O Beethoven. O la música de dentro.

Un poema, ella sola lo es, cada uno el suyo. Seguro que Agustín escribe algo. 

La luna y la ciudad "chicharrera", un abrazo de luz.

No sigo porque no soy poeta y no estuve allí, qué grande la de la "cosecha". ¿De qué cosecha hablan? 

Ya veis, luna grandote y canaria.

María Ángeles Merino

(Fotos de Agustín Merino)




Mataron a un ruiseñor.



Viene de "La arañita campeña", mi otro blog: 

 El 9 de octubre de 1936 mataron, en Estépar, a un ruiseñor: Antonio José Martínez Palacios, músico de Castilla, víctima de los odios de la guerra incivil.

 Ayer, las flores lo recordaban en la escultura homenaje, esos tubos, junto al antiguo convento de las Bernardas, donde los niños burgaleses de hoy aprenden música.

 Las flores se marchitan, oigamos algo de su obra, por ejemplo "El mozo de mulas" que, además, es de tema cervantino. Va del novio de doña Clara, la hija del "oidor", una ilustre compañía que coincide con don Quijote en el camino. Se oye una bella voz, es el novio de Clarita que sigue a la comitiva, camuflado como humilde " mozo de mulas". Una historia de amor adolescente, a la que el músico burgalés quiso convertir en ópera. No la pudo completar, lo hizo Alejandro Yagüe. 

Ya veis, un ruiseñor. Y yo que aprovecho cualquier ocasión para traer el Quijote. 

María Ángeles Merino Moya 

Poco caso a los "cides" y a ver otoñear.

 


Poco caso a la Semana Cidiana, tantos "Cides" como si hubiera pocos, los dejó ahí con sus espadas y sus doñas Jimenas. Banderines y puestos de mercadillo, siempre huelen a anisillo. Hay que mover lo que hay que mover, no lo crítico, la Historia sale al recreo. Me voy a ver otoñear, todavía poco. 

Hojeo y ojeo el periódico, de vez en cuando una ojeada al tapiz de hojas amarillas, en diálogo con las verdes insumisas, ya caeréis. Las noticias ya se sabe, la política ya se sabe. "Dos años de horror y un hilo de esperanza".



Pasan bandadas de pájaros que no se dejan atrapar por la cámara de mi móvil. Pasan peregrinos cansados y con prisa, es larga esta ciudad. Paso yo y les deseo buen camino. Doy  la vuelta. Olvidé el suplemento del periódico sobre la piedra, traía poca cosa.

Doy la vuelta y hago una foto a la escultura  homenaje al músico Antonio José, con flores de aniversario. Mataron a un ruiseñor, era 1936. Quiera Dios, o lo que sea, que  no volvamos nunca al odio fratricida. 


En la Plaza de San Lesmes, unos niños juegan con espadas de madera, mientras los mayores toman el aperitivo. 

Ya se recogen armas y disfraces. La guerra que sea de juguete, o mejor un teatro. 

A casa, que es hora de comer. 

Poco caso a la Semana Cidiana, ya lo veré en el Facebook. 

María Ángeles Merino Moya



domingo, 5 de octubre de 2025

Por cien cañones por banda, sobre el mar de nuestros adentros.



"Cuando la vida eran cien cañones por banda.

Y todo tan simple como los buenos y malos de mis pelís del oeste. 

Y un Dios no tan amable, recogido en un azul catecismo.

Que fácil todo era con 100 cañones por banda.

Viento en popa a toda vela, la vida entraba respirando sin esfuerzo y te llenaba.

Corsario, bucanero terror de los 7 mares.

Y si no eras pirata serías astronauta para pisar Marte, pues la Luna acababa de ser hollada.

Viento en popa a toda vela se fueron esos días.

Y ahora bajo la burlona luna que sobre el gris asfalto rielar no puede.

Vuelve mi canción del pirata.

Con la única estrofa que aún queda en pie.

Y la vida...

Por perdida ya la di cuando el yugo del esclavo ...

Mis ojos se llenan de estrellas o tal vez solo han venido a bañarse en las lagrimas del tiempo

Por cien cañones por banda, sobre el mar de nuestros adentros." 

Agustín Merino (texto y fotografía) rinde tributo a Espronceda.





sábado, 4 de octubre de 2025

Si las mujeres mandasen...

 



Recordáis que el domingo 28 de septiembre  comenzaba el día con lluvia y yo canturreaba, de mañana, una cancion popular castellana: "Esta noche ha llovido, mañana hay barro, pobre carreterito, se habrá mojado".

 Y lo acabé con un coro de mujeres, las  airadas y decididas vendedoras de un mercado maño y  decimonónico, que proclamaban: "Si las mujeres mandasen, si las mujeres mandasen, en vez de mandar los hombres, serían balsas de aceite los pueblos y las naciones". Lo cantaba para mis adentros. 

Porque estuve en el Teatro Principal, disfrutando de la zarzuela "Gigantes y cabezudos", de Manuel Fernandez Caballero y Miguel Echegaray, con la Joven Orquesta Sinfónica  de Burgos (JOSBU) dirigida por Pedro Bartolomé, con la soprano Almudena Martínez, el tenor Iosu Cabrero, el Orfeón Burgalés y la compañía de danza Expresión. Un aplauso a todos ellos, qué buen final de domingo. 

Es una obra que, para mí, va unida a recuerdos de los años setenta, cuando Televisión Española, la única y la mejor, produjo una serie de zarzuelas que me acercó a este género musical, no tan "chico", para mí desconocido. Y luego sacaron a la venta "casetes", con las que aprendí de memoria algunos fragmentos y lo de "si las mujeres mandasen" se me quedó bien grabado. 

Era Zaragoza en 1898, cuando se perdió Cuba, y regresaban "repatriados" soldados supervivientes de la dura guerra en el trópico, con escasísimos medios y en alpargatas. Muchos enfermos, cojos o mancos, pero vivos.  Recordamos el coro: "Por fin te miro, Ebro famoso...por la patria te dejé, ay de mí, y con ansía allí pensé siempre en ti". 

Las zaragozanas, gigantes y cabezudas, lo tenían claro: "Si las mujeres mandasen...no habrá más guerras odiosas, que a concluir esas guerras irían madres y esposas". 

El autor del libreto, Miguel Echegaray, hermano del Nobel, parece llevarlas la contraria con la zapatiesta que arman cuando el alguacil les anuncia la subida de los "arbitrios", hay palos y no "balsas de aceite". 

Las mujeres también recurren a la violencia y a las mismas "rabonas" que los hombres;  pero no nos cabe duda, por lo menos a mí, que la mujer civiliza, solo hay que mirar a los países que someten y marginan a la mujer. 

Bueno, sí, podemos poner ejemplos de mujeres que mandan, o han mandado, y no nos gustan nada, algunas muy cerca...Al gusto de cada uno, no voy a poner nombres.

Ya ve, Sor Austringiliana, "si las mujeres mandasen". Y Pilar, la protagonista de la zarzuela, que no puede leer la carta de su novio soldado y la engañan, se lamenta: "¿Por qué, Dios mío, no sé leer?". 

María Ángeles Merino




https://atodazarzuela.blogspot.com/2014/03/gigantes-y-cabezudos-libreto.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Gigantes_y_cabezudos_(zarzuela)

https://www.cajadeburgos.com/actividad/0505600327-gigantes-y-cabezudos-temporada-lirica/

Atardecer en el Camino de la Fuente (Campo Real).






Mi amiga Raquel San José me envía, desde Campo Real, este encendido, hermosísimo, atardecer, sobre mi andado Camino de la Fuente, mi paseo cotidiano durante dieciséis años.

 Muchas ráfagas de vida pasaron ahí, me quedan muy buenos recuerdos. 

Gracias, Raquel, por las fotos y por acordarte de mí, vuelvo a la fuente, contigo, miramos la puesta de sol, hablamos...

Ya veis, el atardecer. 

María Ángeles Merino Moya

viernes, 3 de octubre de 2025

Rosas y que se chinche Ronsard.



 Rosas todavía. ¡Que se chinche Ronsard!

Chínchate, monsieur Pierre. Rosas y en otoño. 

"Puis qu'une telle fleur ne dure

Que du matin jusques au soir !"

Pero la estatua de Cervantes, la del Paseo de la Isla, se me puso de perfil. Y me replicaba: 

-Ande, señora paseante, hágame caso a mí y deje al gabacho y sus rosas que solo duran de la mañana a la tarde. Aquí, en este lugar que me recuerda, no faltan rosales, bien lo sabe usted. ¿Cómo dice usted que se llama ese poeta? "Collige, virgo, rosas", nada nuevo, un tópico del romano Virgilio. 

-¡Y no florecen rosas en el Quijote!

-Florecen, señora mía, en las "mejillas rosas" de Dulcinea. Recuerde que: "sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve...".

-¿Me habla el busto de Cervantes?  No, sino mi cabeza. 

Ya ve, Sor Austringiliana, rosas en octubre. Muestran su belleza mucho tiempo y su vejez es también hermosa. 

¡Que se chinche Ronsard! 

María Ángeles Merino

jueves, 2 de octubre de 2025

La poesía sucede.


Llegando a Tenerife

La poesía no existe, la poesía sucede.

La poesía no es juntar palabras es dejar que ellas se hablen.

Y de vez en cuando la magia se manifiesta.

No es tuya que lees ni es mía que escribo.

Triste el que mide y rima y no siente ni escucha. 

Triste el que en voz engolada nos deleita com ripios propios o ajenos.

Hay más poesía en una verde rama mecida por el viento.

En el suave sonido que desprende aroma al limonero de ausencias y quereres.

Hay mas poesía en los pocos poetas que han sido.

Que en todos los que alegre y despreocupadamente garabateamos.

La poesía sucede.

Agustín Merino (texto y foto).

Tenerife inspira

Un ciclamen y un "erizo". Y releer el Quijote.

 




Vamos entrando en la nueva estación. Ayer, compré una maceta de ciclamen y, a mis pies, caía el primer "erizo" con la primera castaña de los de Indias, la guardo en el bolsillo. 

Releo el Quijote en este dispositivo que me pone fácil leer y pasear. Voy entrando en la edad de releer:

"Con todo eso, te hago saber, hermano Panza —replicó don Quijote—, que no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que muerte no le consuma."

Memoria, tiempo, dolor, muerte. 

Ya ve, Sor Austringiliana, sigo releyendo. 

María Ángeles Merino Moya


miércoles, 1 de octubre de 2025

Y un café con sol y sobrina lagartija.


Y un café con la "sobri" y el último sol de septiembre, en la Plaza Mayor. Mi niña es "lagartijilla", siempre hambrienta de sol. Y yo que siempre busco el sol y sombra...Siéntate ahí, tita. 

Llega octubre. Todavía habrá alguna tarde así. 

El otoño trae hermosos colores en los árboles pero también la fatiga del tiempo que se va. 

A por las tardes con sol, Paola. Mira, por ahí asoma una lagartija.

Ya ve, Sor Austringiliana, sol, café y  la "sobri".

Ráfagas de vida.

María Ángeles Merino

domingo, 28 de septiembre de 2025

Esta noche ha llovido y huele a lluvia.




Despierto y canturrreo en silencio que: "esta noche ha llovido, mañana hay barro, pobre carreterito se habrá mojado". Sí, la memoria canturrea en silencio. Por mi calle no discurren "carreteritos" sino coros destemplados de juventudes en recogida tras la mojada noche etílica. 

Arriba, me levanto, abro la ventana y huele a lluvia, con espejo en el tejadillo  y el alcorque encharcado. 

Los olores son muy charlatanes y cotillas. Me detengo a oler la lluvia, pasa un coche, el conductor lleva, seguro, una existencia  más cómoda que el arrierito "carreterito" de la canción. 

Vamos, María Ángeles, recuerda que a continuación venía lo de "retírate niña de ese balcón". Me retiro, aunque no hay peligro de "cazadores" con "escopetas de dos cañones". Ay, las canciones de Magisterio.

Ahora tocan los olores del desayuno: café, pan y fruta. Buenos olores, no tanto el futuro de los platos arrumbados en el fregadero, ahora hay incluso  "influencer" que regañan por la doméstica transgresión. Retíralos niña, que si no los retiras, , "ramo de flores", corren el riesgo de ser más y desbordarse. El café huele a café, cómo no, el pan a pan y la pera un poco pasada pero bien, dulce.



Olores, saco la bechamel que preparé ayer, para liar las croquetas de jamón. Leche, harina y jamón. A mi sobrina le gustan mucho. 

Antes: pañales, esponjas desechables con jabón, agua, mucha celulosa para la basura, olores...Al final, nos espera la colonia Nenuco, el "primer placer del recién nacido". Le recordaba las viejas  palabras publicitarias a mi madre que me dice: "yo no soy una recién nacida". Y se ríe. Ciento uno, casi dos. Hace mucho, muchísimo, que alguien podía  recordar ese lejanísimo nacimiento. 

 Le canto la canción del carreterito, le gusta lo más antiguo, lo que sobrevive en los cajones de abajo de su memoria. 

Ya ves, Sor Austringiliana, olores, hablan mucho. Y cantan a veces.

María Ángeles Merino Moya