Ahora las luces de Navidad llegan hasta aquí, hemos ascendido. O han estirado la Avenida del Cid de consumo: hasta la Salle hay compras navideñas, Cortefiel y Hermosilla; más allá para qué quieren luces, ni siquiera es camino del hospital, el Yagüe es un frondoso herbazal. Y me salen rimas sin querer, a Bécquer no le gustarían.
Bares, oro, bancos, telefonía, bazares y demás. Muchas fruterías. Y, al final, una funeraria.
Luces. A mis plantitas les da igual, esa luz no les sirve para nada.
María Ángeles Merino Moya en Burgos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario