martes, 16 de julio de 2024

Un gorrión disfruta de su paraíso.

 


Un gorrioncillo picotea las miguitas de un sobao, disfruta de su paraíso y, al mismo tiempo, vigila a sus colegas buscamigas y a las palomas, sobre todo a esas grandullonas.

Podemos poner música de Vivaldi:"Il gardellino" (El jilguero). Debían gustarle mucho los pájaros al cura pelirrojo. Ahora, con un aparatejo de estos, móvil lo llaman, enseguida encuentras una música, Vivaldi buscaría una orquesta invisible, pensaría en una broma de sus discípulas, qué traviesas ellas... ¿O será cosa diabólica?

Ya ve, Sor Austringiliana: un gorrión, un sobao y música de Vivaldi. Una tarde muy de rojo y amarillo, en una terraza con café y sobao pasiego. 

María Ángeles Merino



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