domingo, 10 de noviembre de 2024

Imágenes similares de otoño. Y ochenta mil millones de neuronas que las atrapan.







 Y ya está aquí el otoño más otoño, para disfrutarlo una mañana soleada, como la de ayer. Y para que la máquina diga que acumulo imágenes similares. Similares, puede ser. Iguales nunca, apreciado algoritmo. Llevamos unos diítas como para meter la cabeza bajo el ala.

 La tragedia de la DANA nos recordaba con dolor  nuestra fragilidad ante las fuerzas naturales y la incapacidad para manejarlas. Al mismo tiempo, el ascenso del conocido energúmeno mayor del planeta nos llevaba a dudar de nuestra condición de "Homo sapiens", incluso "Homo sapiens sapiens". Seguro que el menos espabilado de los austrolopitecos conocía por dónde crecía el río con las lluvias y a qué congénere no convenía permitir organizar la búsqueda del alimento. 

 En la conferencia del MEH del viernes, Juan Lerma, un neurocientífico muy pedagógico,  nos daba el dato de ochenta mil millones de neuronas que se conectan a traves de sus neurotransmisores, millones y millones tambien.. ¿Tantas? ¿Tantos?  Y luego se interconectan las de unos con las de otros y pasa lo que pasa. 

Aquí una jubilada, un domingo, a la hora del desayuno, publicando fotos otoñales.

Ya ve, Sor Austringiliána, las neuronas la que lían.

María Ángeles Merino

https://www.youtube.com/live/3oR5GAhRz8E?si=fsgwL4SjFtqpIQh-

lunes, 4 de noviembre de 2024

Jugamos y no aprendemos



El sábado, miraba ensimismada el agua de la fuente, frente al Malatos. Jugaba con la luz y los colores de una mañana de otoño. ¡Con la que ha caído, María Ángeles! ¡Agua!

Ayer, leía al escritor Manuel Vicent, tan valenciano: 

"La tierra que te da de comer con sus frutos, puede aplastarte con un terremoto; el aire con esa   brisa tan agradable puede convertirse en un huracán devastador; el fuego que arde en la chimenea es capaz de incendiar los bosques y el agua que bebes puede llevarse por delante tu vida con todos tus enseres. Los científicos habían advertido ...sin duda algunos políticos no han estado a la altura de este cataclismo, pero si algún miserable trata de sacar partido de esta desgracia echando la culpa al adversario será como uno más   que aprovecha el caos para realizar un pillaje en un supermercado...es el momento de la solidaridad y el arrojo ante el infortunio. Con muchas lagrimas los muertos serán enterrados...seguiremos jugando a desafiar a la naturaleza, como siempre, sin haber aprendido nada."

("Valencia en el corazón", domingo 3 de noviembre de 2024, El País)

No aprendemos, nunca aprendemos, Manuel Vicent. El agua sigue su camino.

Ya ve, Sor Austringiliana, palabras de valenciano.

Valencia, en el corazón de todos. 

María Ángeles Merino



domingo, 3 de noviembre de 2024

Pensamientos y soledades

En la orilla del río Vena, han plantado pensamientos de tres colores. Me acerco y pienso en pensamientos, entro en el "mí mismo" en el que no entra nadie, soledades a las que voy y vengo. No puedo venir más lejos, como escribía Lope en un poema del que recuerdo algunos versos. Lo busco en el móvil, el móvil lo guarda todo, en sus canalículos. 

 Y leo a Lope. Y recuerdo a una madre de familia, basilisca, indignada porque su hijo había de leer a sus tiernos seis años un poema que "por lo menos" tenía cien años. 

No señora, tiene más de  cuatrocientos. Era 2007, paciencia. 

El pensamiento viaja lejos, en el tiempo también. Todo empezó por unas florecillas. 

Y, en el móvil, Ara Malikian, tocaba "Pisando flores", con su violín. 

Leemos a Lope: 

"A mis soledades voy,

de mis soledades vengo;

porque para andar conmigo

me bastan mis pensamientos.


¡No sé qué tiene la aldea

donde vivo y donde muero,

que con venir de mí mismo

no puedo venir más lejos!"

...

(Felix Lópe de Vega y Carpio, de dominio público pues hace más de cien años que murió).

Ya ve, Sor Austringiliana, pensamientos y soledades.

María Ángeles Merino