Ayer, lluvia y los niños en la escuela. Sentarse a leer un poco no es fácil, pero yo empecinada.
Empecinada también en leer los Episodios Nacionales de Galdós, iba por el noveno aquel día: Juan Martín el Empecinado.
Galdós se empecinó y llegó a escribir cuarenta y seis. De Trafalgar a la Restauración, pasando por la Guerra de la Independencia.
¿Y el mío? ¿Seguirá mi empecinamiento? No sé si descansar ahora, en el décimo, cuando Gabriel de Araceli me abandone. ¿Conseguirá por fin a su Inés? Siempre se le escapa, él empecinado...
Mire, Sor Austringiliana, lo que da de sí un empecinamiento.
Empecinarse según la RAE: Obstinarse, aferrarse, encapricharse.
María Ángeles Merino