Ayer paseaba por el Parral sequito, un poco y despacio, que caía fuego y el poplíteo de la pierna derecha me da guerra de vez en cuando.
Me crucé con peregrinos y deportistas, el señor Santiago y el santo del deporte, que no sé cuál es, les guarde. Yo, como de costumbre, con el móvil y un libro, compañía en ambos casos.
Nunca había visto regar el Parral, seguro que los árboles agradecieron la lluvia que no venía del cielo. Esto no es para gente de Burgos, ay la ola, que se vaya la ola.
Ya ve, Sor Austringiliana, la música de fondo podía ser Carros de Fuego, de Vangelis. Una música que asociamos con alguien que llega a una meta, tras un esfuerzo heroico.
María Ángeles Merino
Camino de la ermita de San Amaro...
ResponderEliminarAsí es, Diego. El Parral y a continuación San Amaro. Luego el Camino.
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