El Parral al sol de las cinco de la tarde, un café en terraza con hielo y con hermano, un libro elegido por flechazo, una amiga de Facebook que te reconoce y te saluda, un parque desconocido con gimnasio para la tercera edad, un mensaje que alguien deja a su madre en un banco, el romanticismo no es eso en clase de literatura... Pequeñas cosas que merecen la pena, Sor Austringiliana.
María Ángeles Merino
Lo grande sor Austringiliana, está formado por lo pequeño, de eso no hay duda y así lo refleja vuestra reverencia muy bien en esta entrada.
ResponderEliminarToque de tocas
La sor Pardilla
De tres a cinco lució el sol.
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