Ayer buscaba un árbol en las,arboledas de la Quinta, un chopo que en una lejana nevada se me mostró como "árbol mujer": helada, petrificada y con dos ramas como brazos extendidos e implorantes. Una "pareidolia" atizada por un recuerdo reciente y sombrío: "así me quedé yo". Y Kety Morales Argudo me escribió un poema.
Qué exageración, María Ángeles, ahora lo ves como un punto de inflexión en tu vida, hubo otros, el tiempo fue recomponiendo aquello.
Y ayer lo encontré, ahí cerca de la pasarela del Plantío, no lo talaron, aunque le falta una rama, el brazo del "árbol mujer" que compuso mi imaginación.
Manca y todo, ahí está.
Busco, en mi blog, imágenes: la copiosa nevada, creo que del 2009, los paseos con mi perro Curry, sobre las hojas churruscantes del otoño...
Ahora el chopo muestra su cicatriz. Le hago la foto, vuelvo por el petril del río, donde Curry se subía y correteaba.
Vuelvo a casa.
Ya veis, La memoria de los árboles, como canta Enya.
María Ángeles Merino Moya
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