Mostrando entradas con la etiqueta Calle de la Virgen de la Paloma. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Calle de la Virgen de la Paloma. Mostrar todas las entradas

miércoles, 25 de diciembre de 2024

Una niña mira desde Paloma 29


 Y me fui, a ver las luces de Navidad, qué bobería, con los ojos de la niña que miraba el mundo desde Paloma 29, qué bonito el dosel dorado que han puesto este año. 

 ¿Cómo eran las luces navideñas de 1964 ? ¿Las había? Los coches pasaban en dos direcciones, parece imposible ahora, y se desesperaba el guardia del orinal en la cabeza.

 Y dentro de poco, en Reyes, delante de mi ventana, qué bien se les veía desde lo alto, pintarrajeados y con barbas falsas, una suerte vivir en Paloma 29, pasaría la cabalgata y pronto a la cama con un "Jesusito que me duerma prontito". 

Mira, ahí enfrente, asoma la vecinita de tu misma edad, con su tiesa mamá, esa que jamás jugó contigo.

 No sé si todo es una jugarreta de la memoria, dicen que engaña la muy ladina, pero a la niña del balcón de enfrente sigo viéndola por la calle de la Paloma. Qué mayores nos hemos hecho, chica, a ver si un día nos tomamos un café.

Ya ve, Sor Austringiliana, la calle de la Paloma está muy bonita. Y todo el centro, este año han acertado. Feliz Navidad. 

María Ángeles Merino





viernes, 28 de octubre de 2022

"POR FAVOR. PIDO UNA AYUDA, PARA REPARAR MY MAQUINA DEL TIEMPO Y VOLVER A LOS BUENOS TIEMPOS"

 


Un cartón que sirve de asiento, una caja que recoge las escasas limosnas de un mendigo y un cartel escrito a mano, con mayúsculas, en el que leemos:

"POR FAVOR. PIDO UNA AYUDA, PARA REPARAR MY MAQUINA DEL TIEMPO Y VOLVER A LOS BUENOS TIEMPOS"

La máquina del tiempo, quién la pillara y la reparara. Ayer hice esta foto, en la calle de la Paloma, junto al claustro bajo de la Catedral de Burgos. El autor estaba ausente, le hubiera preguntado por tan importante máquina. Yo llevaba prisa, el tiempo, siempre el tiempo.

Eran las cuatro y media, me da la impresión de que estaba en la tienda de enfrente a comprar algo de comer porque vi que alguien vigilaba desde allí. Iba con el tiempo justo para ir a clase, este año de historia y de la Primera Guerra Mundial, el tiempo que parece que se repite pero no, todo vuelve pero todo es distinto. A la vuelta no pasé por allí ni me acordé. Me dicen que hubiera sido interesante hablar con él, tienen razón. Y que es todo un filósofo y un poeta el cartelero, totalmente. 

Ya ve, Sor Austringiliana, el sueño de la máquina del tiempo. El mendigo no pide viajar como "El túnel del tiempo" o ,"El ministerio del tiempo", por poner dos ejemplos. Él desearía "volver a los buenos tiempos", a sus buenos tiempos. ¿Los buenos tiempos? Nos vamos al rincón de pensar. 

Así es, Sor, en todos los tiempos hubo de todo; pero ahora se nos ha juntado la pandemia, la guerra, la crisis energética y económica y, lo peor de todo, la incertidumbre.  La máquina del tiempo podría también llevarnos al futuro. ¿Seguirá la incertidumbre? ¿Tendremos que vivir siempre con ella? ¿Nos borrarán con solo pulsar un botón? Cielos, lo que acabo de escribir...

María Ángeles Merino

https://www.facebook.com/photo?fbid=10225505545459605&set=a.10210173380365060

lunes, 5 de septiembre de 2022

Un paseo por la calle de la Virgen de la Paloma






Hay calles que no acertamos a ver con los ojos del presente, solo nos hablan los ojos de la niñez. La calle de la Virgen de la Paloma, en Burgos, junto a la Catedral o, mejor dicho, la Catedral se mete dentro. Pasé por allí en su día, el 15 de agosto, pero ya no le ponen flores los bomberos, allá arriba. Sí, había una paloma, acurrucadita junto a la hornacina. 

¿Queda algo de aquella niña que vivía en la calle de la Paloma? Los coches la atravesaban en dos direcciones, qué humo y qué peligro, las piedras de la catedral eran negras y churretosas, solo dos tiendas permanecen,más o menos remozadas; pero yo sigo viendo al guardia del orinal con los brazos en cruz y a don Rufino con su manteo y sus "amadísimos en el Señor". Y las zapatillas "El riojano", para el niño y el anciano,
 y la cordelería y la cerería incluso, esa desapareció enseguida. ¡Y ya sonó la campanilla, chocolates Quintanilla!

Sor Austringiliana, ya ve el carnet del Instituto Cardenal López de Mendoza. Qué carita. Aunque el tiempo lo borró, el director era directora, se llamaba Ana Abadía, era profesora de inglés, y ahora se han dado cuenta de que fue la primera mujer directora de un instituto. Pasitos que son grandes pasos. La niña de la calle de la Paloma ya era feminista aunque no conociera la palabra.


María Ángeles Merino