Y me fui, a ver las luces de Navidad, qué bobería, con los ojos de la niña que miraba el mundo desde Paloma 29, qué bonito el dosel dorado que han puesto este año.
¿Cómo eran las luces navideñas de 1964 ? ¿Las había? Los coches pasaban en dos direcciones, parece imposible ahora, y se desesperaba el guardia del orinal en la cabeza.
Y dentro de poco, en Reyes, delante de mi ventana, qué bien se les veía desde lo alto, pintarrajeados y con barbas falsas, una suerte vivir en Paloma 29, pasaría la cabalgata y pronto a la cama con un "Jesusito que me duerma prontito".
Mira, ahí enfrente, asoma la vecinita de tu misma edad, con su tiesa mamá, esa que jamás jugó contigo.
No sé si todo es una jugarreta de la memoria, dicen que engaña la muy ladina, pero a la niña del balcón de enfrente sigo viéndola por la calle de la Paloma. Qué mayores nos hemos hecho, chica, a ver si un día nos tomamos un café.
Ya ve, Sor Austringiliana, la calle de la Paloma está muy bonita. Y todo el centro, este año han acertado. Feliz Navidad.
María Ángeles Merino
Cómo disfruta esa niña...
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