domingo, 28 de septiembre de 2025

Esta noche ha llovido y huele.




Despierto y canturrreo en silencio que: "esta noche ha llovido, mañana hay barro, pobre carreterito se habrá mojado". Sí, la memoria canturrea en silencio. Por mi calle no discurren "carreteritos" sino coros destemplados de juventudes en recogida tras la mojada noche etílica. 

Arriba, me levanto, abro la ventana y huele a lluvia, con espejo en el tejadillo  y el alcorque encharcado. 

Los olores son muy charlatanes y cotillas. Me detengo a oler la lluvia, pasa un coche, el conductor lleva, seguro, una existencia  más cómoda que el arrierito "carreterito" de la canción. 

Vamos, María Ángeles, recuerda que a continuación venía lo de "retírate niña de ese balcón". Me retiro, aunque no hay peligro de "cazadores" con "escopetas de dos cañones". Ay, las canciones de Magisterio.

Ahora tocan los olores del desayuno: café, pan y fruta. Buenos olores, no tanto el futuro de los platos arrumbados en el fregadero, ahora hay incluso  "influencer" que regañan por la doméstica transgresión. Retíralos niña, que si no los retiras, , "ramo de flores", corren el riesgo de ser más y desbordarse. El café huele a café, cómo no, el pan a pan y la pera un poco pasada pero bien, dulce.



Olores, saco la bechamel que preparé ayer, para liar las croquetas de jamón. Leche, harina y jamón. A mi sobrina le gustan mucho. 

Antes: pañales, esponjas desechables con jabón, agua, mucha celulosa para la basura, olores...Al final, nos espera la colonia Nenuco, el "primer placer del recién nacido". Le recordaba las viejas  palabras publicitarias a mi madre que me dice: "yo no soy una recién nacida". Y se ríe. Ciento uno, casi dos. Hace mucho, muchísimo, que alguien podía  recordar ese lejanísimo nacimiento. 

 Le canto la canción del carreterito, le gusta lo más antiguo, lo que sobrevive en los cajones de abajo de su memoria. 

Ya ves, Sor Austringiliana, olores, hablan mucho. Y cantan a veces.

María Ángeles Merino Moya



No hay comentarios:

Publicar un comentario