Hay libros que nunca leeré y tan a gusto.
Me los ofrecen apilados como los botes de conserva en las antiguas tiendas de ultramarinos: pimientos, tomates, melocotón en almíbar... Solo falta un dependiente jovencillo, de los de ahora, con un palo con gancho, como aquellos de los tenderos.
Y los estrategas de las ventas, qué mantas, ni siquiera han conseguido que yo me detenga y lea las portadas. Tampoco sé explicar el porqué de mi visceral rechazo. A lo mejor la rara soy yo.
¿Literatura? ¿Subliteratura? ¿Pasatiempos? ¿Autoayudas? ¿Objetos de consumo? Lo que queráis. Yo a lo mío. A mis lecturas.
Esta mañaba saqué la foto, los libros se escondían de mi mirada, los reflejos los camuflaban. Se cruzaban de acera, incluso.
Con esa lectora no queremos ir, nos mira mal, parecen decir.
Ya ve, Sor Austringiliana, libros que no voy a leer.
María Ángeles, no seas "perro del hortelano". Cervantes, en el Quijote, puso en boca del bachiller Sansón Carrasco que "no hay libro tan malo que no tenga algo bueno".
María Ángeles Merino
Yo tampoco los leeré, desde hace años que sólo me interesa la literatura de la Ilustración y la anterior a ella.
ResponderEliminarSaludos.