martes, 24 de junio de 2025

Pas encore. Pasa un cura.

 


Pas encore. Pasa un cura.

Todavía no, insistía, desesperado, el profesor de francés.

Pas encore. Todavía no.

Pero pasará, remató el alumno.

Perdonadme el viejo chiste. Me venía a la cabeza ayer, en el Paseo de la Audiencia, con calor y preparativos para San Pedro.

Pasaba un cura jovencillo pero a la antigua, con sombrerito y sotana impecable. Brillos de seda. 

El domingo vi otro de esa guisa. 

Aquí pasa algo. O pasará.

Ya ve, Sir Austringiliana, nuevos curas.

María Ángeles Merino

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