Mira los gordolobos, ahora lucen sus flores amarillas y sus varas, entre hojas aterciopeladas que la gente del campo sabía muy bien usar a guisa de papel, en el momento preciso. ¿De dónde vendrá el extraño nombre? Un lobo gordo o un gordo lobo, a saber. Verbascum thapsus, vellosa y de Tapso (Sicilia).
Son muchas sus propiedades: expectorante, mucolítico, para las hemorroides...Cada planta es un tratado de botánica y farmacopea, en la ciudad nos ciega el asfalto.
Ya ve, Sor Austringiliana, deberían llevar su cartel, como en un jardín botánico. Siempre digo la misma tontería cuando no sé qué planta tengo delante. Hace poco me han enseñado a echar mano de la aplicación "Lens", con las fotos del móvil; aunque no siempre sirven las respuestas ofrecidas, es la de internet una red muy enredada. Canalículos, diría usted. Tan solo una máquina, no le pidamos peras a los olmos.
Yo no conocía a los gordolobos, seguramente me había encontrado con ellos y me habían pasado desapercibidos, como un hierbajo más del campo que rodea mi ciudad. El campo, o lo más parecido al campo, lo tenemos cerca. En esto sí somos afortunados en Burgos.
Un día iba con Niebla de Unamuno bajo el brazo y me los presentaron en un jardín universitario, qué hambre de aprender cuando nos acercamos a los sesenta y más allá. Siempre en clubes de lectura, presentaciones de libros, clases abiertas y cosas así. Nos encontramos siempre los mismos, sobre todo las mismas. No saben algunos lo que se pierden. Claro, "como no tenemos otra cosa qué hacer", qué sabrán de lo que yo tengo que hacer.
María Ángeles Merino
Celebro tus ganas de estar siempre, de aprender siempre. Eres un ejemplo.
ResponderEliminarEl día que no queramos aprender será ya otra etapa. Gracias, Pedro, por tanto, tantos años.
ResponderEliminarPues la verdad que el refrán: "No te acostarás sin saber una cosa más", tiene razón, no tenía ni idea de que esta planta alargada y amarilla que crece en todos lo caminos que transito, se llamase así.
ResponderEliminarCreo que nuestro profe de Literatura de la Acequia, Pedro, ya nos lo había indicado y también me has hablado del enlace que pones, para acceder mejor a este mundo tan desconocido y tan interesante de las plantas que están ahí, en su propio ciclo vital y que a veces pasan desapercibidas y otras no.
Esto de los canalículos, palabra que siempre me gustó, es algo de la vida moderna que está muy bien para aprender, el mucho desconocimiento que todavía tenemos de lo que nos rodea.
Toque sin tocas de la sor Pardilla