No me gustan los cumpleaños, pero llegado el día lo celebré con la familia. No encontrábamos un mechero ni unas cerillas para las velas, sólo una caja de fósforos ya inservibles. Ya no se enciende ningún fuego en casa. Hubo que arrimar un papel a la vitrocerámica.
Que no se me olvide comprar un encendedor de esos pequeñitos. El fuego fue un gran invento, nos creemos superiores al hombre de Atapuerca. Y no.
Hoy no es mi cumpleaños, es mi no cumpleaños, en línea con aquel personaje de Alicia en el País de las Maravillas, un huevo parlante, algo así como Humpty Dumpty. Luego corrijo si hace falta.
Me voy al otro lado del espejo. El de la vida real. ¿Es real nuestra vida? ¿O es tan virtual como la que se genera en los canalículos de internet?
Ya ve, Sor Austringiliana, todo para contar que no me gustan los cumpleaños.
María Ángeles Merino
Sor Austri, sé de esos no cumpleaños, en días distintos a los cumpleaños, rememorando a esa Alicia en su País. Pero al final, siempre encuentra una cerilla para apagar la vela rodeada de todas las personas que le quieren y nunca le olvidan.
ResponderEliminarAunque ya la felicité su no cumpleaños, en este día y en esta fecha, le vuelvo a felilcitar, es la ventaja de celebrar los no cupleaños.
Toque sin tocas
La sor Pardilla