Se ha puesto a nevar hace un rato, caían unos copos blanquísimos y algodonosos, pero a la cámara de mi móvil no le da la gana contarlo.
En su lugar, atrapa a un repartidor de comida a domicilio con su caja naranja, el sí contaría. A las clavelinas y al ciclamen la nieve le es indiferente, tras la ventana, entre cristal y cristal, qué bien, así cualquiera.
El tilo desnudo se bebe las gotitas de agua como un refresco.
Sensibilidades.
Ya ve, Sor Austringiliana, lo invisible.
Al final de la tarde, bien visible la nieve en el suelo.
María Ángeles Merino
La indiferencia de estas flores ante la nieve que las visita, no tiene perdón, ni siquiera de Dios.
ResponderEliminarMe encantan las fotos que has hecho.
Besos
Ellas a lo suyo. Son unas flores muy fotogénicas, gracias.
ResponderEliminarBesos