¿Queda algo de aquella niña que vivía en la calle de la Paloma? Los coches la atravesaban en dos direcciones, qué humo y qué peligro, las piedras de la catedral eran negras y churretosas, solo dos tiendas permanecen,más o menos remozadas; pero yo sigo viendo al guardia del orinal con los brazos en cruz y a don Rufino con su manteo y sus "amadísimos en el Señor". Y las zapatillas "El riojano", para el niño y el anciano, y la cordelería y la cerería incluso, esa desapareció enseguida. ¡Y ya sonó la campanilla, chocolates Quintanilla!
Sor Austringiliana, ya ve el carnet del Instituto Cardenal López de Mendoza. Qué carita. Aunque el tiempo lo borró, el director era directora, se llamaba Ana Abadía, era profesora de inglés, y ahora se han dado cuenta de que fue la primera mujer directora de un instituto. Pasitos que son grandes pasos. La niña de la calle de la Paloma ya era feminista aunque no conociera la palabra.
Pues yo también soy feminista. Me gusta lo que escribes. Por aquí me quedo.
ResponderEliminarEncantada de tus visitas, Frases bonitas. 😘
EliminarPero que guapísima está vuestra reverencia en esa foto. No quiero decir que ahora no lo sea, pero ya sabe que el tiempo pasa y pasa.. no obstante esa calle de la Paloma y esos recuerdos, se quedan anclados en nosotras mismas y por eso lucimos, aunque sea pecado de vanidad decirlo, bastante lustrosas, aunque las tocas.....nos las vamos a tener que quitar. Hay que ser feminista.
ResponderEliminarLa sor Pardilla
Gracias, Sor Pardilla. El tiempo pasa y nos moldea pero nos mantenemos lustrosas y con salud. Y feministas a la antigua, ni feminazis ni leches. Uy, perdón. Besos.
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