Pas encore. Pasa un cura.
Todavía no, insistía, desesperado, el profesor de francés.
Pas encore. Todavía no.
Pero pasará, remató el alumno.
Perdonadme el viejo chiste. Me venía a la cabeza ayer, en el Paseo de la Audiencia, con calor y preparativos para San Pedro.
Pasaba un cura jovencillo pero a la antigua, con sombrerito y sotana impecable. Brillos de seda.
El domingo vi otro de esa guisa.
Aquí pasa algo. O pasará.
Ya ve, Sir Austringiliana, nuevos curas.
María Ángeles Merino
Pasa un cura y si es un cura, no será nada raro. Quizás ahora no se vean tantos como hace unos años, al menos reconocibles con su sotana y sombrero de color negro, pero por Burgos siempre han pasado muchos curas. Al menos eso a mí me ha parecido.
ResponderEliminarCreo que en mi pueblo se decía que Burgos estaba lleno de curas y militares.
Besos
Si es raro si el cura en cuestión va vestido como éste, como si viniera del pasado. Jovencísimo y como de película, era digno de ver, qué tela, qué corte, qué sonbrero. Y salía de un hotel, luego no era de Burgos. Integrismo, tal vez. Los de aquí, ciudad de curas y militares decían , no van así.
ResponderEliminarPasa algo.
Besos