Estépar se cubrió de sombra.
Y la sombra trajo el silencio.
Derramando su pena negra, esa pena negra que de sur a norte avanza.
Pisoteando las Españas.
Llora la tierra herida por cortante acero de palas.
Recibiendote te cubre de amor y ocre mortaja, mientras maldice y escupe las manos de los canallas.
Pero tú música siguió en el aire y el azul le prestó sus alas.
Y de mar a mar libres olas se levantan.
Cubren campos cumbres selvas y montañas de dulce sabor salado,sed de libertad en las gargantas.
Aire que ensancha el pecho en retenidos cantares de esperanza.
Sones que se tornan en puños y como almenas se levantan.
Cada nota se hace grito y cada grito en rabia.
Que el viento ya no es tristeza.
Que es furia.
Que es muralla de esperanza.
Nunca el plomo derrotó las lágrimas cuando la música de libertad las carga.
Nunca más ha de doler el sol cuando se levanta.
Texto y pintura de Agustín Merino.
Homenaje al músico burgalés Antonio José Martínez Palacios, asesinado en Estépar.
https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Jos%C3%A9_Mart%C3%ADnez_Palacios