martes, 27 de febrero de 2024

Estépar se cubrió de sombra (Antonio José Martínez Palacios).

 


Estépar se cubrió de sombra.

Y la sombra trajo el silencio.

Derramando su pena negra, esa pena negra que de sur a norte avanza.

 Pisoteando las Españas.

Llora la tierra herida por cortante acero de palas.

Recibiendote te cubre de amor y ocre mortaja, mientras maldice y escupe las manos de los canallas.

Pero tú música siguió en el aire y el azul le prestó sus alas.

Y de mar a mar libres olas se levantan.

Cubren campos cumbres selvas y montañas de dulce sabor salado,sed de libertad en las gargantas.

Aire que ensancha el pecho en retenidos cantares de esperanza.

Sones que se tornan en puños y como almenas se levantan.

Cada nota se hace grito y cada grito en rabia. 

Que el viento ya no es tristeza.

Que es furia.

Que es muralla de esperanza.

Nunca el plomo derrotó las lágrimas cuando la música de libertad las carga.

Nunca más ha de doler el sol cuando se levanta. 


Texto y pintura de Agustín Merino. 

Homenaje al músico burgalés Antonio José Martínez Palacios, asesinado en Estépar.

https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Jos%C3%A9_Mart%C3%ADnez_Palacios

Mañana lluviosa y exposición machadiana. ¿Dónde está la niña?




La mañana estaba lluviosa, el río crecido y turbio, era un buen momento para completar la visita a la exposición machadiana, en el claustro de mi viejo instituto. El día de la inauguración se me fue el tiempo en pegar la hebra con una antigua profesora del centro, encantada de compartir recuerdos, yo también, me hubiera pasado horas hablando con doña Azucena, recordaba su nombre aunque creo que no me dio clase.

 Ayer iba sola, Antonio y Manuel Machado  son un pozo inagotable, disfruté de algunos datos y fotos que no conocía, al saco de la memoria van, que se estén quietos, espero.

 

 Sonó un timbre y todo cambió, buscaba a una niña de unos once años, con falda gris...Sí, llevábamos uniforme. Ay, el corazón me dio un vuelco. Los zangolotinos de sudadera negra salían y entraban en las clases. Me había parecido verla. Una niña como la única alumna que tenía Antonio Machado en el instituto de Segovia, de esa edad. Ved la foto, abajo a la derecha, la única chica. 

Ya ve, Sor Austringiliana, nunca somos viejos si no perdemos el hambre de aprender. ¿Dónde se ha metido esa niña? 

María Ángeles Merino




domingo, 25 de febrero de 2024

"Un vistazo mas o menos curioso a esas orillas lujuriantes..."

 



Hace poco cayó en mis manos el libro Aquel Burgos sombrío donde fuimos felices del escritor burgalés Jesús Carazo y, a pesar de no  coincidir en el tiempo, yo soy del cincuenta y siete y él del cuarenta y cuatro, conozco y reconozco el Burgos de su recorrido sentimental: la ciudad de la catedral gris casi negra, de los omnipresentes habitos y sotanas con sus largas ceremonias, la de los uniformes ya fueran de oficiales,"chorchis" o milicias aéreas, la del tontódromo del Espolón con encuentros chico- chica en un punto del paseo, el cine de los domingos de estreno o pipero como vía de escape, los baños en el río o en la piscina de los militares los privilegiados, las tiendas de "coloniales", los sombríos colegios de frailes para chicos y de monjas para chicas, las chachas de pueblo, la sanidad de la Casa de Socorro, las barracas en San Pedro, los bares de dudosa higiene, la autoridad que estaba en todas partes...

Fuimos felices, siempre existen luces entre las sombras. Jesús Carazo fue feliz en "Aquel Burgos sombrío", la escritura, la lectura y el teatro de aficionados acudieron en su ayuda, junto a las primeras novias. Fue un niño mimado, al parecer, eso también ayuda.

Y ahora, con un Burgos de colores, ¿con qué nos identificamos los burgaleses? Leemos al escritor: 

"Aunque divide en dos partes la ciudad, el Arlanzón es quizá el río que nos une y apostaría que con él nos identificamos los burgaleses tanto o más que con la Catedral, el Espolón o el Paseo de la Isla. No hay día en que no echemos un vistazo más o menos curioso a esas orillas lujuriantes y a ese lánguido y soñoliento caudal. Sin duda, lo sentimos muy nuestro...".

"Nuestro apacible río exhibía en aquella época dos orillas ralas, amarillentas, que sólo adquirían un aspecto agradable cuando la nieve las cubría. Nada que ver con la arbórea exuberancia de los tiempos presentes..."

(Jesús Carazo en Aquel Burgos sombrío donde fuimos felices)

Así es, paisano, el río Arlanzón nos identifica. Y, como a ti, nos gusta más ahora que antes, cuando estaba pelado, amarillento, era de difícil acceso salvo en algunos tramos, e incluso escondía sorpresas vivas y poco gratas. Solo los chavales más ágiles y atrevidos salvaban el elevado pretil, mi hermano y alguno de sus aguerridos amigotes. 
 

Ya ve, Sor Austringiliana, ahora nuestro paseo favorito tiene lugar bajo los árboles y sin perder de vista el río con sus orillas "lujuriantes": un descanso para la vista, la mente, o el alma si queréis. 

Leemos a Jesús Carazo. El siguiente puede ser "La tentación", caed en ella.


María Ángeles Merino

https://www.jesuscarazo.com/images/portada16.jpg

viernes, 23 de febrero de 2024

Ojos de mar


Ojos de mar

Ojos de mar y atardeceres.

El silencio y la soledad me habitan si no les veo,si no les siento si no les oigo.

En sus fauces me arrebatan la luna,

se abre la noche de puertas carmesíes.

En el reino del agua reina la noche.

Si vuelve tu sonrisa a mirarme como antes me miraba.

Mi luna se libera de las fieras que la apresaron.

Y me regalara dos mágicas palabras.

(Agustín Merino)

jueves, 22 de febrero de 2024

Airosas torres y almendros en flor



Pilar Medina Cebrián me hace llegar, desde Campo Real, mi pueblo madrileño de adopción,  la imagen de dos almendros en flor, uno blanco y otro rosa. Sabe que me gustan, gracias amiga. 

Y la hermosa foto de Pilar me pilla hojeando un libro que recoge la historia de su pueblo,  en una página que remite al Diccionario Geográfico e Histórico, de Pascual Madoz, una esforzada obra que describió con datos casi todos los pueblos de España, a mediados del XIX. Es muy curioso leer, que en 1847: 

"Campo Real: v. con ayunt. de la prov. aud. terr. y c.g. de Madrid (5 leg.), part. jud. de Álcalá de Henares (3), dióc. de Toledo (12): sit. alrededor de un gran cerro; la combaten en general los vientos N. y O. y su clima es propenso a pulmonías: tiene 320 casas  incluso la del ayunt. ; una plaza, cárcel, escuela de instrucción primaria común a ambos sexos, à cargo de un maestro con la dotación de 1100 rs. pagados de propios, y una igl. parr. (Santa María) servida por un párroco de concurso, 2 beneficiados y un capellán de sangre, el curato es de segundo ascenso. El edificio está en la cúspide del cerro sobre el cual se halla sit. la v. y tiene 2 torres de piedra blanca, labradas de fino, que se distinguen á muchas leg. de dist..."

Campo Real ha cambiado mucho desde entonces, afortunadamente. El viento sigue su combate y ahí permanece, tan airosa, la iglesia de Santa María, en la cúspide del cerro, de piedra blanca labrada de fino, soberbio edificio que se ve a muchos kilómetros. 

Ya ve, Sor Austringiliana, tantos curas y tan poco maestro, era 1837. Y había cárcel. Eran otros tiempos. Las pulmonías se curan con antibióticos y se combaten con vacunas. 

María Ángeles Merino 



martes, 20 de febrero de 2024

Dos hermanos separados



Para mí, fue un placer escuchar, el jueves pasado, en el salón de estrados de la Diputación de Burgos, a la doctora  Monique Alonso, recién nombrada académica de la Institución Fernán González, en su conferencia: "Los hermanos Machado y la guerra". 

Nacida en Francia, hija de exiliados españoles, ha dedicado toda una vida a la investigación sobre don Antonio y don Manuel Machado.

 Una visión documentada y humanísima por parte de quien conoció a muchos testigos vivos de la historia de los dos hermanos, separados por la guerra civil, sin maniqueísmo, sin buenos ni malos. Lo primero:  agradeció a sus padres que con mucho esfuerzo hicieran posible sus estudios.Nosotros también. Os invito a escucharla, os pongo el enlace. 

No se desvió ni un momento mi atención: la odisea de la familia Machado, la despedida, el viaje, las penurias, el cariño, la separación, la enfermedad y la muerte. 

Ya ve, Sor Austringiliana, un don Antonio que se sentía viejo y enfermo y no se quería ir,  escritor ya de poca poesía y mucha prosa; pero atento a la educación de  sus pequeñas y queridas sobrinas que tuvieron el mejor profesor de lengua, literatura y también de matemáticas. 

 El numeroso grupo familiar vivió la angustia y la incertidumbre de la guerra en desangeladas casonas prestadas, en Valencia y en Barcelona: Villa Amparo y Torre Castañer. En la primera había acequia y limonero, en ambas la comida y   el combustible eran asaz escasos. 

Don Antonio escribía por la noche, envuelto en una manta con café, tabaco o...cigarrillos de hojas de eucalipto. Imágenes impagables. Al final, las de la frontera, el hotel Quintana y el cementerio de Collioure. Un pasaporte dudoso, un modesto hotel, una receta médica con poca fe, una tumba, mamá Ana muere también. Chile, Rusia, la familia se dispersa.

Mientras Manuel, en Burgos, tenía que adaptarse a los valores del otro lado, los de su mujer y su cuñada monja, los de Peman y Franco, cuestión de supervivencia. 

María Ángeles Merino

lunes, 19 de febrero de 2024

Siempre en la calle Santander

 



Adrián y su perra Luna siempre estarán ahí, en la acera soleada de la calle Santander, junto a la tienda de zapatillas. O en los soportales de Antón cuando llueva. La carita de placidez y felicidad de Luna...

El humo del incendio se los llevó, pero no nuestro recuerdo. Ya son tres los "sin techo"  muertos este año, en Burgos.

Ya ve, Sor Austringiliana, sin techo o en una habitación precaria. Adrián tenía solo 48 años.

Os acordáis cuando hablamos aquí de ellos. 

María Ángeles Merino

https://www.diariodeburgos.es/noticia/ze8060316-c64a-711c-c31707488f77d8c2/202402/muere-uno-de-los-afectados-al-incendiarse-un-piso-de-burgos

domingo, 18 de febrero de 2024

Rincón de los almendros

Esta mañana he visitado el rincón de los almendros en flor, en el Parque del Parral. Están empezando, solo uno ha completado la floración  y bien lo saben los golosos abejorros.

 En mi ciudad de Burgos, siempre más tardíos y muy pocos.







 Ya asoman, entre la hierba mojada, las minúsculas florecitas azules, heraldos de primavera. 


Charcos, sol y mis zapatillas caladas, no importa. 


Ya ve, Sor Austringiliana, una mañana de febrero. 

María Ángeles Merino

miércoles, 14 de febrero de 2024

Olivos y almazara en Campo Real

 



Isa Delgado Cebrian me envía hermosas imágenes de olivos y almazara, en mi recordado Campo Real. 

Les busco un texto y qué mejor compañía que tres versos  de Antonio Machado, tan sencillos y tan grandes: 

 "Olivar, por cien caminos,

tus olivitas irán

caminando a cien molinos"

(Antonio Machado)

Gracias, amiga.

Ya ve, Sor Austringiliana, oro líquido. 

María Ángeles Merino

martes, 13 de febrero de 2024

Domingo de los Carnavales



El domingo de los Carnavales se  asaba y degustaba cerdo delante de la mismísima Catedral, en la Llana de Afuera. Un ambiente animado y  un tufillo muy de cristianos viejos que,  tal vez, llegó a los mismísimos Condestables,  mientras la sardina, artística sardina, esperaba cerca. 

La calle Fernan González, un buen mirador.

"Hoy comamos y bebamos y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos" , una tonada antigua que salió espontáneamente  en mi móvil. 

Mi sobrina sacó las fotos, que a ella le salen mejor. 

Ya ve, Sor Austringiliana, don Carnal y doña Cuaresma.

María Ángeles Merino

sábado, 10 de febrero de 2024

El viento agita y pasea las hojas secas

 El viento agita y pasea las hojas secas. Yo detrás, soy otra hoja. ¿A dónde me quieres llevar, viento? Rosalía se lo preguntaba a los "ríos de la vida".







Ya ve, Sor Austringiliana, la respuesta en el viento.

María Ángeles Merino

jueves, 8 de febrero de 2024

Un trozo de señora con faja

El " Bazar Medico" sigue ahí, igual igual que cuando pasaba a su lado, deprisa deprisa, camino del colegio, calle Vitoria adelante.

 Abandonada hace mucho, el trozo de señora fajada resiste. Todavía me parece ver aquel material "médico" que nos daba miedo a los niños. Mirábamos aquellas jeringas con el rabillo del ojo.  Una muestra fosilizada del viejo comercio, de los viejos escaparates. Las sensaciones, las positivas y también las negativas, se fosilizan también.

Ya ve, Sor Austringiliana, recorro una ciudad que ya no existe, cosas de la edad, supongo. 

María Ángeles Merino

miércoles, 7 de febrero de 2024

Tú sí sabes, cigüeña.

 















Tu sí sabes, cigüeña.

Esta tarde, un poco lluviosa pero muy poco,  apta para el paseo, mis pasos me han llevado a las ruinas del convento San Francisco, en la calle del mismo nombre. 

Ayer me enteré, qué sorpresa, de la buena noticia: cielos, lo están cubriendo. Y me picó la curiosidad, cuántas veces he pensado que estaban esperando a que se cayera del todo. Ay, esa filigrana del rosetón esos arcos... dicen que el mismo santo de Asís estuvo allí. 

Tan cerquita, años y años, siempre lo he conocido en ruinas. La cigüeña es la que más parece valorar estas piedras. Ahí arriba estaba mientras lo rodeaba, móvil en mano. Su nido aporta un gran valor añadido. Tú si sabes, cigüeña.

Ya ve, Sor Austringiliana, el valor de unas ruinas y de un nido de cigüeñas. 

María Ángeles Merino

https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_San_Francisco_(Burgos)