Y muchos coincidimos en el mismo refrán. Sí, el del burro y la cebada al rabo.
Ángel murió de frío aquí, el 8 de enero. Y en San Lorenzo, el domingo hubo misa, con el obispo y todo. El perrillo ladraba. "Un ángel y tantos demonios", leemos en el diario local
https://www.diariodeburgos.es/noticia/z357758c2-c7fa-7d00-1abc1d0a037f124e/202401/un-angel-y-tantos-demonios
Ya ve, Sor Austringiliana, y nadie pudo evitarlo.
María Ángeles Merino
Los vemos todos los días, pero poco a poco se nos han ido haciendo transparentes hasta ser invisibles. Un día nos salta la noticia y entonces nuestras conciencias nos gritan: ¿Seguro que no pudimos hacer algo más?
ResponderEliminarY nos sentimos culpables, luego se nos olvida.
EliminarCon cada muerte de este tipo somos más culpables.
ResponderEliminarAsí es. Pedro.
EliminarMás vale prevenir que curar, dice otro refrán, pero nosotros vamos a lo nuestro y luego, eso sí, nos lamentamos al comprobar que se podía haber evitado.
ResponderEliminarRecuerdo que un día, paseando contigo, lo vi allí con su inseparable perro.
Besos
Me parece que hablas del mendigo rumano con su pera Luna, ese está vivo y sigue ahí. Ángel era bastante más viejo y solíamos verlo más arriba, por la Avenida del Cid, con otro perro. Últimamente ni pedía, la gente le daba cafés o bocadillos. Vamos a lo nuestro.
EliminarDesgraciadamente, Luz, ahora añado que Adrián y Luna también han muerto en un desgraciado incendio. A lo nuestro
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